Ilustración: Margarita Nava |
No tengo nada en contra -¡faltaba más!- hacia quiebes acosan con tanta amabilidad. Sí lo tengo hacia los diseñadores de estas modas que en sus inicios pudieron haber tenido su parte amable pero que con el paso del tiempo han devenido en ritual acartonado, tan molesto para el empleado como para el cliente.
En ese entorno de tanta amabilidad planificada (y que siempre procura ganarle a la competencia) se presentan situaciones de humor negro involuntario.
Tal como me sucedió hace unos meses al concurrir al cine a ver la película " El infierno" y que se reiteró hace unos días con "Presunto culpable". En ambas ocasiones, al pedir la entrada el empleado en turno deseaba en forma mecánica pero no exenta de cordialidad "¡que se divierta!", lo que reafirma la forma impresa del boleto de entrada "disfrute su función"
En verdad, y lamentando contrariar tan gentiles deseos, ni me divertí ni disfruté. Entiendo que sería un tanto extraño sustituir las formas en uso por otras como que a la entrada se nos pregunte "¿está seguro que quiere ver esta película?", mire que es muy dura...", o al salir: " a nosotros también nos duele todo esto, comprendemos su aflicción".
No obstante sugiero a los diseñadores de la cortesía comercial repensar algunos procedimientos previstos en los protocolos y en ciertos casos simplemente optar por el silencio.
2 comentarios:
Felicitaciones a Margarita por la ilustración.
Rinderk.- muchas gracias!!! ¿algún día podríamos colaborar juntos!? :) sería algo laborioso pero no imposible ;)
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