martes, 2 de agosto de 2016

El marido perfecto


Los tiempos han cambiado y seguramente buena parte de lo que sigue huele a naftalina. No obstante conviene recordar el Manual del marido perfecto que, hace ya unos cuantos años, enunciara el reconocido humorista español Enrique Jardiel Poncela.
Las cualidades que ha de reunir el hombre para ser un marido perfecto son –según opinión de las mujeres- 44 a saber:
1º Ser guapo y no saberlo.
2º Ser rico o ganar tanto dinero como si fuera rico.
3º Ser joven y elegante.
4º No ir solo a ningún sitio.
5º No tener amigos.
6º No salir por las noches.
7º No gastar un céntimo en su persona ni tener obligaciones particulares.
8º No fumar, o fumar sólo una vez al día encerrado en el cuarto de baño.
9º No incomodarse nunca al abrocharse el pasador del cuello.
10º Despertar sonriente todas las mañanas.
11º No mezclarse en los gastos de la casa.
12º Creer que las subsistencias suben de precio todos los días.
13º Acompañar a su mujer a todos aquellos sitios a los que la mujer desee ir acompañada por él.
14º No acompañar a su mujer a aquellos sitios a los que la mujer desee ir sola o con amigos.
15º Pagar sin rechistar todas las cuentas.
16º Reconocer todas las semanas que su mujer necesita otro sombrero, otro abrigo, otro vestido, otros zapatos, otro bolso y otros juegos de ropa interior.
17º Ir a misa siempre que la mujer quiera, para aprender a contestar amén a todo lo que ella diga.
18º Trabajar sin descanso para ganar cada vez más, o para aumentar constantemente su fortuna.
19º Reconocer que como su mujer no hay dos en el mundo en talento, elegancia, belleza y discreción.
20º Dar cuenta de todos sus actos y no pedir cuenta de ningún acto de su esposa.
21º Tener siempre una charla agradable, atractiva, ingeniosa e interesante.
22º Acomodar todos sus gustos a los gustos de su mujer.
23º Ponerla al tanto de sus negocios y callar en sus informes cuando ella empiece a bostezar, cosa que ocurrirá a los tres o cuatro segundos de comenzar a hablar él.
24º Declarar que todas las mujeres del mundo, a excepción de su mujer, son unas fachas.
25º Reconocer que cada vez que él habla no dice más que majaderías, pero que todas las majaderías que dice su mujer son cosas geniales.
26º Bailar como un profesional, pero no bailar con otras.
27º Saber cantar tangos.
28º Adivinar de una ojeada cuándo su mujer está alegre o triste, melancólica u optimista, con gana de quietud o de bulla.
29º No dar importancia a nada de lo que haga él, pero quedarse con la boca abierta de asombro ante todo lo que haga su mujer.
30º Traducir los defectos de su mujer en buenas cualidades.
31º Echarse a sí mismo la culpa de todo aquello de que su mujer sea culpable.
32º Estar enterado de cuanto ocurre en el mundo, para poder contestar puntualmente y de un modo completo cuando su mujer le pregunte: “¿Qué dicen los periódicos?”
33º Saberse de memoria las carteleras de todos los espectáculos, para contestar asimismo a la pregunta de ella: “¿A dónde podríamos ir esta noche?”
34º No tener hijos si su mujer desea no tener hijos.
35º Tener hijos inmediatamente si ella desea un niño de pronto.
36º Ser famoso, para que al entrar ella en un sitio público pueda oír decir a todo el mundo: “ahí va la mujer de Fulano”.
37º Reunir cualidades suficientes para ser deseado de todas las amigas de su mujer, pero desdeñarlas olímpicamente.
38º Saber contestar a otras muchas preguntas que su mujer le hará a lo largo de los días, tales como: “¿Qué significa demulcente?”, “¿Qué es tripartita?”, “¿Qué quiere decir peculado?”, “¿Qué hay que entender por rabassa morta?”, “¿Qué es jai-alai?”, “Explícame el significado de disimetría”, etc.
39º Darle mil pesetas cuando ella pida quinientas, y darle diez mil cuando ella pida mil. Etc., etc.
40º Escoltarla en sus tardes de tiendas, deteniéndose horas enteras en los escaparates que a ella le interesen, y pasando de largo ante los escaparates que le interesen a él.
41º Reconocer, con su mujer, que tal actor, o tal escritor, o tal cantante, o tal boxeador, o tal malabarista es un hombre encantador, y hacer todo lo preciso para presentárselo inmediatamente.
42º No llegar jamás retrasado a la hora de las comidas.
43º Saberse el primer acto de todas las comedias, para explicárselo al llegar tarde al teatro por culpa del tiempo que ella tardó en arreglarse.
44º Conocer la Meteorología, para poderla informar de si al día siguiente va a llover o va a lucir el sol.

¿Algunas de estas condiciones siguen vigentes? ¿Cómo sería el Manual que respondiera a nuestra época?

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