jueves, 28 de septiembre de 2023

Juicios sumarios

 

Es posible advertir -se lo ha señalado con frecuencia- que las opiniones que circulan en las redes suelen presentar juicios contundentes, descalificaciones, simplificaciones, etc., lo que dificulta el entendimiento, el intercambio de perspectivas. Es así como existen seguridades que atemorizan, certezas blindadas que encubren falacias.

Sin poner en entredicho lo anterior, es importante recordar que esta facilidad para emitir opiniones determinantes no es exclusiva de nuestro tiempo, ni de personas sin formación académica.

José Jiménez Lozano nos aproxima a ello y en un primer momento presenta el entorno del asunto.

El estilo ensayístico –incluido el ensayo filosófico e histórico- es cada día más contundente y seguro. Da un cierto miedo: está lleno de juicios sumarísimos y ejecuciones, ni una duda, ni ironía, ni melancolías. ¡Y eso que se habla de pensamiento débil!

Presenta un caso que permite ejemplificar la cuestión, teniendo como protagonistas a dos reconocidos intelectuales.

Me acuerdo de que Simone Weil dice que J. Maritain había deducido del famoso texto aristotélico sobre la esclavitud que nadie había condenado ésta en el mundo griego. Pero Aristóteles dice que algunos piensan que la esclavitud repugna a la naturaleza y a la razón, y entonces, la afirmación de Maritain es una calumnia contra toda una civilización, que habría que reparar, dice la Weil.

Una vez expuesta la situación, Jiménez Lozano concluye: “Y así es. Si no tenemos este escrúpulo, estamos perdidos: sólo serviremos para amonestar más palabras vacías o mortales, y hacer mayor la oscuridad.”

Finalmente digamos que hay un método infalible -muy recurrido en nuestro tiempo- para resultar victorioso en ciertos debates y que en pocas palabras explica Javier Ortiz: “(…) primero se dice que el contrario ha dicho lo que no ha dicho y luego se le condena sin apelación posible por haber dicho lo que no ha dicho.”

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