martes, 24 de octubre de 2023

Mestizajes

 

Con la Conquista se combinaron conocimientos, costumbres, tradiciones, etc. En este espacio ya nos hemos referido al mestizaje culinario (https://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.com/search/label/mestizaje%20culinario)

La herbolaria no fue ajena a ello y José N. Iturriaga -citando a Xavier Lozoya- alude a la cuestión. “Además del mestizaje culinario, a lo largo del siglo XVI hubo otros procesos culturales, como el que describe Xavier Lozoya en su libro La herbolaria en México.” En cuanto al mestizaje herbolario no fueron menores las dificultades -de acuerdo con Iturriaga- que debieron enfrentarse.

Frente al peligro de ser denunciados ante el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición por brujería o herejía, con el inminente riesgo de morir en la hoguera, los chamanes indios, los curanderos y las yerberas fueron cambiando los nombres de numerosas plantas medicinales prohibidas por los españoles que ostentaban una designación náhuatl, para llamarse ahora por nombres no sólo castellanos, sino incluso religiosos cristianos.

La alternativa, según José N. Iturriaga, fue la modificación de los nombres de hierbas y plantas.

De esa manera, y con el objeto de confundir a curas y frailes, la nomenclatura botánica terapéutica tuvo un giro y, así, el yoyotli se convirtió en codo de fraile; el mecapatli, en purga de las ánimas; la tlachichinoa, en lágrimas de san Diego, y el matlalcuahuitl, en palo santo, entre muchos otros ejemplos. El toloatzin se castellanizó como toloache, y también fue perseguido.

Sabido es que con el toloache hay que irse con cuidado porque se cuece aparte; en algún momento nos referiremos a ello.

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