jueves, 24 de julio de 2014

La mala fama del 13


Una de las supersticiones de mayor difusión tiene que ver con el número 13 que está asociado a la mala suerte, al aumento de probabilidades de que acontezcan hechos trágicos. La revista Muy Interesante realiza algunas conjeturas al origen de esta creencia.


El trece es un número al que se le otorga mala suerte desde la antigüedad. Trece eran los comensales en la Última Cena de Jesucristo, en la Cábala judía se enumeran 13 espíritus malignos, en el Apocalipsis el anticristo llega en el capítulo 13, y en el Tarot este número hace referencia a la muerte. (…)
El temor desproporcionado hacia el número 13 -el séptimo número primo- recibe el nombre de triscaidecafobia. El término procede de los términos de origen griego triscaideca, que significa “13”, y phobos, que significa “miedo”. (…) Según el investigador Donald Dossey, en Francia llegó a existir un grupo de nobles llamados los quatorziennes (los "catorceavos") que asistían a eventos sociales como décimocuarto invitado cuando por algún invitado cancelaba su asistencia y acudían sólo 13 personas al festejo.


Y como el cliente siempre tiene la razón, no son pocas las actividades en que se procura evitar el número 13 para no ahuyentar a la clientela. Un ejemplo de ello es que los aviones suelen no tener fila 13, pasando de la 12 a la 14 sin escalas. Armando Alonso Piñeiro abunda en los ejemplos
 

Es tal la cualidad maléfica que se le atribuye al décimotercio número, que nuestra civilización ha incorporado este hecho negativo a muchas de sus expresiones. En París y otras capitales europeas, los hoteles evitan denominar la habitación número 13, y saltan del 12 al 14. En muchos países las calles no tienen el 13 en su numeración, y los rascacielos de Estados Unidos también carecen del piso 13; lo reemplazan con el 12 ½. (…) En nuestro porteño barrio de la Boca (en Buenos Aires) ninguna cantina acepta trece comensales juntos a la misma mesa, y cerca de allí, ¿qué barco osaría partir un martes 13?
 

No faltan ejemplos que ilustran lo fatídico que puede resultar el número 13. Gregorio Doval aporta el suyo

 
Según cuentan biógrafos aficionados a este tipo de curiosidades, la vida del compositor alemán Richard Wagner (1813-1883) estuvo marcada por la sombra del núme­ro 13.  Además de nacer en 1813, su nombre y apellido tie­ne trece letras (en alemán, la ch equivale a dos letras) y los números de su año de nacimiento suman 13. Sintió su primer impulso musical un 13 de octubre. Sufrió un des­tierro de trece años. Compuso trece óperas, terminando una de las más famosas, Tannhäuser, un 13 de abril. Esta misma obra, que fue estrenada en París el 13 de marzo de 1845, estuvo cincuenta años sin ser repuesta hasta el 13 de mayo de 1895. Su primera actuación al frente de una orquesta se produjo en Riga, en un teatro inaugurado un 13 de septiembre. Se fue a vivir a Bayreuth a una casa que fue abierta un 13 de agosto y que abandonó un 13 de septiembre. Su suegro, Franz Liszt, le visitó por última vez el 13 de enero de 1883. Como no podía ser menos, Wagner falleció el 13 de febrero de aquel mismo año, en el que, por cierto, se conmemoraba el decimotercer aniversario, de la unificación nacional alemana...

 
Armando Alonso Piñeiro alude al temor que se siente por este número en el medio de las competencias automovilísticas.


El terror por este número no respeta popularidades. El volante Carlos Menditeguy nunca quiso correr cuando le tocaba el 13. Por algo Europa eliminó ese día de todas las competencias automovilísticas. Claro; siempre ha quedado flotando aprensivamente la muerte del corredor inglés Richard Seaman, que se mató con un coche número 13, un día 13, en el kilómetro 13. Había trece coches en aquella carrera antológica, y Seaman durmió su última noche en la habitación número 13 de un hotel de Bruselas.
 

De acuerdo con Luciano Wernicke en el fútbol existe también esta superstición sin embargo no son pocos los jugadores que se atreven a desafiarla.
 

Según la agencia France-Presse, la FIFA evaluó permitir a los equipos presentar una camiseta sin número para el jugador al que se le asignara el “13”, si éste no deseaba utilizarlo por considerarlo de “mala suerte”. También se estudió la posibilidad de reemplazar la “mufosa” cifra por el “23”. No obstante estas alternativas, no se concretó ningún cambio. Es más: varios futbolistas eligieron el “13” porque, por el contrario, lo consideraban un talismán para atraer la buena fortuna. Uno de ellos fue el delantero alemán Gerd Müller, quien optó por ese número porque pretendía igualar el récord del francés Just Fontaine, goleador del Mundial de Suecia '58 precisamente con trece tantos. Müller no logró alcanzar a Fontaine, pero al menos el “13” lo ayudó a consagrarse como el máximo anotador, con diez conquistas.

 
Los temores aumentan en nuestro entorno cuando –señala la revista Muy Interesante- se trata de un martes 13 lo que representa muy mal vaticinio (para los anglosajones la combinación maligna es la de viernes 13).


Pero ¿por qué martes? Porque es el día de la semana dedicado a Marte, el dios romano de la guerra, la sangre y la violencia, que también dio nombre a nuestro vecino planeta rojo.
Así, desde tiempos medievales, en España y Grecia, y también en Latinoamérica, se considera que la coincidencia del día del dios de la guerra y la muerte con el número de la muerte traen "mala suerte". Una superstición popular que también recoge el refranero español: "En trece y martes, ni te cases ni te embarques".


Como no es cuestión de tomar el asunto a broma, existe una extraña palabra que identifica este síndrome que, según Alfred López, requiere atención especializada.
 

Cuando el martes cae en 13 los trezidavomartiofóbicos sufren por su miedo irracional a este día.
(…) la trezidavomartiofobia es una patología que debe ser atendida por especialistas. Sus afectados pasan este día con ansiedad, miedo e inseguridades que van mucho más allá de la simple superstición.

No hay comentarios: