martes, 12 de agosto de 2014

Bonnie & Clyde: una historia que no se olvida


Una de las parejas más conocidas en la historia delictiva fue la que conformaron Bonnie & Clayde a quien se adjudica 13 asesinatos (entre ellos seis policías), una treintena de asaltos a bancos y comercios importantes así como varios autos robados para sus acciones que tuvieron lugar entre 1930 y 1934. Juan Forn sostiene que el cine ejerció en ellos gran influencia. “Bonnie y Clyde fueron la primera generación de ladrones que creció con el cine. En lugar de copiar a otros criminales, copiaban personajes de películas.” Ello les permitió tener algunas ventajas sobre sus perseguidores, tal como lo consigna el propio Forn quien también esclarece las causas de su detención


Jamás dieron un gran golpe, ni en complejidad ni en botín. Robaban un auto, asaltaban un banco y cruzaban de estado: el alguacil del pueblo no podía seguirlos fuera de su jurisdicción. Eran ladrones del siglo XX perseguidos por polizontes del siglo XIX. Las armas que usaban al principio eran robadas a esos alguaciles, hasta que asaltaron una armería de la Guardia Nacional, donde encontraron las ametralladoras Thompson que los harían famosos. Ahí comenzaron sus problemas: robar armas al gobierno era un delito federal; ya no les alcanzaba con cruzar de estado para sacarse de encima a la ley. Ahí empieza su leyenda también: el hermano de Clyde y su chica, Blanche, formaban parte de la banda, a Blanche le gustaba sacar fotos como a Bonnie escribir. En una de las huidas precipitadas de la banda quedó la cámara de Blanche. La policía reveló el rollo y ésas fueron las primeras imágenes que se conocieron de la pareja, en los diarios y en los carteles de “Buscados”.
(…) los cosieron a balazos, cuando él acababa de cumplir veinticuatro y ella veintitrés.


El comercio en torno a su leyenda comenzó en la propia emboscada que se les tendió, dado que –según diversas fuentes- el oficial Frank Hamer, uno de los agentes que participó en los hechos se quedó con las armas de la pareja como recompensa. El negocio continuó –siempre de acuerdo a lo señalado por Juan Forn- con la difusión de su muerte. “No los enterraron juntos, pero los exhibieron en funerarias vecinas antes de enterrarlos. Ambos negocios estaban llenos de flores. La corona más grande era del Dallas Globe, que el día de la muerte de Bonnie y Clyde vendió 500 mil ejemplares.”

Ha transcurrido el tiempo y la pareja sigue dando dividendos. Una nota de prensa de julio de 2012 informa de la subasta que se realizaría ese mes con algunos objetos que les pertenecieron.


Además de la Colt 45, y un revólver 38 que usaba Bonnie, se rematará un revólver de menor calibre que era usado por Clyde. Las armas habían pasado de manos del oficial que los emboscó, a un coleccionista privado.
Los rematadores de RR Auction, anunciaron también que saldrán bajo el martillo otros objetos de la pareja como el reloj hecho totalmente en oro de Clyde, y un portacosméticos, donde Bonnie llevaba su lápiz labial cuando fueron acribillados.
También hay una carta que Clyde escribió a su hermano bajó el seudónimo Bud, con el que intentaba despistar a la pesquisa.


Pero seguramente el objeto más codiciado de todos, y el que más se identifica con la pareja, es el auto en que se desplazaban cuando fueron asesinados; Homero Alsina Thevenet se refiere a ello.


En mayo de 1934 la famosa pareja de pistoleros Bonnie & Clyde, que se especializaba en robar bancos, fue ametrallada por la policía, en una carretera de Louisiana, tras una larga búsqueda. En ese momento ocupaban un auto Ford último modelo, que dos meses antes habían robado al matrimonio de Jesse y Ruth Warren. Cuando el operativo policial terminó, se contaron 50 balazos en el cuerpo de Bonnie Parker, 27 en el de Clyde Barrow y 107 en el auto Ford.
Dos meses después, atravesando complicados trámites, Ruth Warren consiguió que la policía le devolviera el auto. Luego lo alquiló a empresarios de ferias, donde el público pagaba por mirarlo, y terminó por venderlo en 3.500 dólares, cinco veces lo que le había costado. El interés del público provocó que otros empresarios falsificaran otros autos Ford, haciéndoles 107 aguje­ros de bala. El auto original llegó a ser revendido en 14.500 dólares, pero hacia 1952 había decrecido el interés por verlo en las ferias, así que quedó en un galpón durante quince años.


Y de allí saldría como consecuencia de la célebre película estrenada unos años más tarde; continúa Alsina Thevenet

En 1967 la empresa Warner estrenó Bonnie & Clyde (con Warren Beatty y Faye Dunaway, dir. Arthur Penn) dando fama por segunda vez a la pareja criminal. El nuevo propietario del auto, que a esa altura se llamaba Ted Toddy, lo sacó del galpón y volvió a exhibirlo. Después declaró: "Tiene una atracción magnética. He visto gente que se arrodillaba y hacía el signo de la cruz. He visto mujeres que salían llorando de la feria". A esa altura se calculó que el auto y sus imitaciones habían rendido a diversos empresa­rios más de un millón de dólares durante tres décadas. Con ese dinero, Bonnie & Clyde no habrían necesitado robar bancos.


¿Quién tiene el carro auténtico de la célebre pareja? Imposible saberlo con certeza. Cada tanto aparecen nuevas pistas, como la que proporciona Juan José Hoyos quien tuvo la oportunidad de entrevistar al conocido narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria.


(En la hacienda Nápoles de Pablo Escobar Gaviria) había un carro viejo montado en un pedestal. Era un Ford o un Dodge de los años treinta y estaba completamente perforado por las balas.
-¿De quién es ese carro? – le pregunté al hombre con cara de asesino.
- Lo compró el Patrón… Era el carro de Bonnie and Clayde. (…)
Aproveché el tema de los autos para preguntarle (a Pablo Escobar) por el carro de Bonnie and Clyde.
-Eso es pura mierda que habla la gente. Ése es un carro viejo que me conseguí en una chatarrería en Medellín. Otros dicen que era de Al Capone…
-¿Y los tiros?
-Yo mismo se los pegué con una subametralladora.


En Estados Unidos todos los años se recuerda a la pareja, considerados como los primeros criminales famosos de los tiempos modernos. El “Bonnie & Clayde Festival” se lleva a cabo en el mismo lugar en donde fueron emboscados. Un monolito recuerda el hecho.

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