martes, 31 de marzo de 2015

Las pulgas y los riesgos de un estallido social


Además de extraordinario pintor, José Clemente Orozco fue un gran observador de la vida cotidiana y en este mismo espacio ya nos hemos referido a su faceta de crítico de los espectáculos populares que se presentaban en México a comienzos del siglo XX.
 
Durante su estadía en Estados Unidos (fines de la segunda y comienzos de la tercera década del siglo pasado) también expuso sus puntos de vista sobre las formas de recreación imperantes en ese momento.
 
Es precisamente en la noche cuando pasan cosas grandes y maravillosas, pues todo Coney Island se ilumina con las luces de colores de los fuegos artificiales.
A lo largo de la playa está instalada la gran feria típica americana, con un sinfín de atracciones que no hay necesidad de describir, por ser tan conocidas de chicos y grandes. Pero lo que sí debe mencionarse es la mujer con barbas, la mujer más gorda del mundo, el hombre mono, el de dos cabezas, los enanos, el hombre o la mitad hombre mitad mujer, y otros varios adefesios. Después descubrí, que hay una casa que alquila cuantas mujeres “más gordas del mundo” se necesiten para todas las ferias de los Estados Unidos, lo mismo que mujeres barbadas, en abundancia. Los enanos son morralla que alquilan por docena. Tiene hasta catálogo ilustrado para información de los empresarios.
 
Su sarcasmo no falta a la cita, cuando asemeja lo anterior a lo que sucede en el mundo del arte.
 
Esto no tiene nada de particular, pues el Museo de Arte Moderno de Nueva York alquila también, para exhibiciones, lotes de pintura cubista, surrealista, dadaísta, mexicana o combinaciones especiales Picasso-Rouault, Picasso-Matisse, Picasso-Chirico, a escoger y a tanto la semana de exhibición para cualquier club, universidad o cocktail-party donde se quieren dar pisto con el arte moderno.
 
Luego de esta digresión, José Clemente Orozco retoma el tema de la feria y alude al circo de pulgas. “Más adelante se encuentran las pulgas vestidas del Flea Circus o Circo de Pulgas. Las ‘artistas’ trabajan muy seriamente haciendo suertes muy variadas. Hacen columpio, sube y baja, volantín, trapecio y cuerda floja.” Y con esta descripción se va orientando hacia la crítica social.
 
Tiran por parejas de carritos minúsculos de papel, en donde van muy arrellanadas las pulgas más gordas y aristocráticas, ricamente vestidas de reinas y princesas. A los lados del coche van otras pulgas vestidas de pajes, palafreneros y lacayos con sombrero y atrás un largo sequito de nobles y dignatarios de la corte.
 
Y es allí en donde el maestro Orozco vislumbra los riesgos de un estallido social. “Esto prueba que hasta entre las pulgas hay clases sociales y que eso puede provocar la guerra entre ellas, pues algún día se acordarán de que tienen sangre roja en las ‘venas’ (la que han chupado) y decapiten a las pulgas gordas que van en el carrito.”

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