Famosos
fueron en su tiempo los Bandos de Enrique Tierno Galván quien se desempeñaba
como Alcalde de la ciudad de Madrid. En este espacio ya hemos aludido a algunos
de ellos y ahora reincidimos con otro Bando que –a nuestro entender- no tiene
desperdicio y es promulgado en oportunidad de la llegada de la primavera.
El
Alcalde Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid.
Madrileños:
Es viejo
decir poético, con varia fortuna repetido, que con la llegada de la primavera,
la naturaleza se viste con sus mejores galas, encubriendo la magra y seca
desnudez del invierno con brillantes y copiosos adornos. Pero la humana especie
que a veces contraría y repele lo que natura hace, lejos de cubrir, descubre, y
lo que tapado había, destapa, en obsequio del más alegre, descuidado y gozoso
vivir al que el bonancible tiempo invita.
Nada
tendrá el Alcalde que advertir, respecto de lo dicho, si entre los que tal
hacen no hubiera algunos y también algunas que caen en desquiciada y peligrosa
confusión (…)
Dicho
lo anterior a continuación -y con su peculiar lenguaje- considera el
espectáculo que dan algunos hombres (“aunque hayan las carnes flacas,
desdichadas las proporciones…”) en la temporada primaveral.
De tan
quimérica visión de la verdad nacen extrañas y peligrosas costumbres, pues desprovistos los hombres de jubón y
calzas, pavonéanse en lienzos o lenzuelos, en extremo contentos de sí, aunque
hayan las carnes flacas, desdichadas las
proporciones y mal encajados los huesos, como si lo hubieran sido por un torpe
algebrista.
Claro
está que las mujeres (“tanto mozas como menos mozas”) no podían quedar fuera
del Bando emitido por don Enrique
Algo semejante,
aunque no igual, ocurre con buena copia de nuestras feminiles visitantes que
por esta ciudad vagan y peregrinan y con numerosas vecinas que arrastradas por
la antigua y legítima inclinación al discreteo, más la quimérica confusión que
ya dijimos, dan en despojarse, como con particular y escrupulosa atención ha
observado el Alcalde de esta Villa, de corpiños, basquiñas, briales y otras
prendas, que por respeto no se nombran, faltando poco, en algunos casos, para
que tanto mozas como menos mozas en carnes queden.
El problema
citadino no está en la valoración moral de tales formas de vestir (y desvestir)
sino en las distracciones que ocasionan en operarios que tienen a su cargo
responsabilidades de consideración.
Ocasiónanse
de este modo graves y superfluos daños, pues quienes desde el pescante los
coches guían, alejan la atención de su principal menester, arrastrados por el invencible deseo de mirar,
con menoscabo de haciendas, peligro para la vida y aumento de la común
confusión.
Al
final del Bando dirigido a los ciudadanos, Tierno Galván apela a la libertad de
cada uno para que se guíen con criterios que permitan conciliar el pleno ejercicio
de la libertad personal con la negociación que exige toda convivencia armónica
a nivel social.
Conviene,
por último, añadir a lo ya dicho que las buenas costumbres piden comedimiento y
mesura en cuanto al destaparse toca, pues en esos lugares de común recreación y
roce que son las públicas piscinas, como natura huye lo triste y apetece lo
deleitable, exagéranse los destapamientos sin haber cuenta del decoro que cada
uno a sí propio debe y del respeto que la tranquilidad de los demás merece.
También a
veces acaece, cuando los estivales calores son muy grandes, que alguno de
nuestros visitantes, para alivio, descanso y alegre algazara y regodeo, se
meten en cueros vivos en el agua que llena las tazas de las fuentes públicas
monumentales. (…)
Confía,
pues, el Alcalde, que durante el presente estío, visitantes, andantes en Corte
y las vecinas y vecinos de esta Villa, de cualesquiera edad y condición que
sean, salvo los ancianos de cansada y molida senectud, tengan el debido cuidado
en cuanto a lo que en este Bando se aconseja, sin caer en impropias
mojigaterías, exageraciones ni afectación de virtud.
Madrid,
25 de mayo de 1984.
Más
allá de su amenidad, estos célebres Bandos ¿habrán llegado a los ciudadanos?,
¿se habrán observado y estudiado cambios en su comportamiento ante las
situaciones problemáticas de su tiempo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario