viernes, 24 de septiembre de 2021

De diagnósticos y tratamientos

 

Tarea compleja la de diagnosticar enfermedades lo que se manifiesta en las diversas interpretaciones que, con frecuencia, se formulan en relación a un mismo cuadro clínico.

Nada menos que Chopin -citado por Arnoldo Kraus- se refería a ello.

(...) [uno de los médicos] olfateó lo que escupí, el otro tocó el lugar donde escupí y el tercero escuchaba y observaba mientras yo escupía. El primero me dijo que moriría, el segundo que me estaba muriendo y el tercero que ¡ya estaba muerto!

Ahora bien, no es posible dudar respecto a los enormes avances que se han tenido lugar en el campo la medicina, lo que según Perich se hizo evidente en el tema que nos ocupa.

Los progresos de la medicina, la seguridad en los diagnósticos cada día más acentuada, permiten a los grandes hombres arrepentirse de todos sus pecados en el momento justo, exacto; no como ocurría antes, que a veces se arrepentían con cinco años de antelación, lo cual había provocado la ruina de familias enteras.

Sin embargo, aún persisten las discrepancias entre los más connotados especialistas, mismas que dirimen en ateneos y consultas entre pares.

Otro tanto acontece a la hora de prescribir los tratamientos.

El testimonio de Juan José Millás es prueba de ello.

Esguince de tobillo, al bajar las escaleras del metro. Acudo a un traumatólogo y a un osteópata, por este orden. El traumatólogo me recomienda descanso y el osteópata ejercicio (…)

Sabido es que un escritor debe tener imaginación para resolver los dilemas que se presentan en la vida de sus personajes, tal vez ello ayudó a Millás a la hora de resolver la cuestión

(…) de modo que hago un poco de bicicleta estática, que es una forma de ejercicio en reposo. La vida como ejercicio de reconciliación de contrarios.

Pero nada como los tratamientos que, aun reconociendo la seriedad de la enfermedad, permiten continuar disfrutando de la vida.

Algo así fue lo que prescribieron a Paco Espínola

(…) los consejos del curandero maragato Camargo, quien me decía: “Ud. tome caña nada más, no bebidas extranjeras; haga siesta lo que quiera, pero lo que sí, de noche, dos o tres veces por semana, mire un rato las estrellas”.

Tal vez esto último sea particularmente recomendable en estos tiempos y más aun cuando se acercan las lunas de octubre.

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