martes, 17 de junio de 2014

Reacciones ante un gol mal anulado


En algunos partidos del campeonato mundial de futbol que por estos días tiene lugar en Brasil, los jueces han anulado goles que fueron convertidos en buena ley. Uno de las selecciones perjudicadas fue la de México a la que en su partido con Camerún el juez le anuló dos goles (aun así ganaría por la mínima diferencia).

No fue el caso, pero en situaciones como ésta los jugadores perjudicados suelen reaccionar con tanta vehemencia que todavía encima les llueve sobre mojado y se llevan además alguna tarjeta amarilla o, peor aún, roja. Es así que el gol anulado con frecuencia afecta el ánimo de los jugadores y los 90 minutos de juego son pocos para reponerse ante la adversidad.

Cuando un equipo se ve perjudicado por las decisiones de un silbante debería imitar al patrono de los goles anulados: el brasileño Zizinho. La crónica de Eduardo Galeano explica el hecho que condujo al jugador a ese sitial de honor.

Fue en el Mundial del 50. En el partido contra Yugoslavia, Zizinho, entreala de Brasil, hizo un gol bis.
Este señor de la gracia del fútbol había convertido un gol de limpia manera y el juez lo había anulado injustamente. Entonces él lo repitió igualito, paso a paso. Zizinho entró al área por el mismo lugar, esquivó al mismo defensa yugoslavo con la misma delicadeza, escapando por la izquierda como había hecho antes, y clavó la pelota exactamente en el mismo ángulo. Después la pateó con furia, varias veces, contra la red.
El árbitro comprendió que Zizinho era capaz de repetir aquel gol diez veces más, y no tuvo más remedio que aceptarlo.

 Aquel mundial terminó muy mal para Brasil. Zizinho ya no pudo anotar en la final (conocida como maracanazo) que, contra todo pronóstico, ganó Uruguay 2 a 1.

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