jueves, 18 de mayo de 2017

Lago Gascasónica


Compleja tarea la de encontrar nombres para todas las avenidas, calles, cerradas, callejones y plazas en centros urbanos tan grandes como Ciudad de México (aun con las inevitables repeticiones ya que se estima en más de 200 las calles que se llaman Benito Juárez). Quienes hayan integrado las sucesivas comisiones encargadas del nomenclátor seguramente han tenido jornadas de grandes discusiones acerca de la pertinencia o no de adjudicar a una vialidad el nombre de cierto personaje. Además por aquello del revisionismo histórico no sólo deben encargarse de atribuir nombres sino también de quitarlos; por cierto que José G. Moreno de Alba recomienda mucha prudencia a ese respecto.  

Siempre será criticable la cada día más frecuente tendencia de no pocos políticos, alcaldes y administradores a cambiar los nombres tradicionales de los pueblos y las calles. Me parece que tales topónimos, cuanto más antiguos, más respetables deberían ser para los ciudadanos comunes y sobre todo para las autoridades civiles. Si la integridad de los monumentos históricos o artísticos está defendida jurídicamente por leyes severas, no veo por qué los nombres de verdadera raigambre deban modificarse por el capricho de unos pocos. Sin duda habrá siempre nuevos trazos urbanos, nuevos asentamientos humanos que puedan honrar a héroes o políticos destacados, mediante su bautizo con tal o cual nombre. Consérvense en cambio inalteradas las viejas designaciones, que son también parte de la historia.

De tal manera que para Moreno de Alba estos cambios solamente deberían producirse cuando la gravedad del caso lo hiciera inevitable: “Aludo en concreto a designaciones que suponen, en alguna medida, una broma (a mi juicio de mal gusto) que implica cierto engaño o falacia.” Y para dejar en claro a que se refiere, proporciona un ejemplo.

En buena parte del tradicional barrio de Tacuba las calles tienen nombres de lagos (Lago Managua, Lago Mayor, Lago Ontario, etc.). Entre ellas hay una (y dos cerradas y una privada) con el nombre de Lago Gascasónica, lago que ningún manual de geografía menciona, por la sencilla razón de que no existe. La Enciclopedia de México, a mi juicio demasiado benévolamente, describe como pintoresco el hecho de que a algún empleado se le haya ocurrido tal designación para honrar así al general Celestino Gasca (quien fue entre otras cosas gobernador del Distrito Federal por los años veinte), para lo cual influyó también el que, a juicio del mismo empleado, "eran muchas las calles de esas colonias y me faltaron lagos o me sobró ignorancia". Independientemente de que se dé o no crédito a esa ingenua explicación —pues, entre otras posibles dudas, creo que no corresponde a cualquier empleado asignar nombres a las calles—, lo anecdótico de este dato no bastaría, me parece, para conservar, en la nomenclatura de una ciudad como la nuestra este absurdo sinsentido, para el cual contribuye también lo grotesco de la "derivación" (-asónica), incluyendo la terminación femenina para el masculino lago. Creo que convendría en ese caso (y en otros que tal vez existan) cambiar el nombre de esa calle. Habrá seguramente por ahí algún lago verdadero con cuyo nombre todavía no se haya bautizado a calle alguna.

Desconfiado que es uno, pensé que se trataba de una broma de don José G. Moreno de Alba. Sin embargo otro gran conocedor de estos temas, como lo es Antonio Acevedo Escobedo, confirma la cuestión.

El caso de la calle Lago Gascasónica, en Tacuba, es todo un cuento de humorismo. El prestigioso Geographical Magazine envió a México a un empleado a investigar en el Departamento del Distrito Federal en qué zona de la república se hallaba dicho lago, del cual carecían de noticias. De pesquisa en pesquisa se logró saber que el burócrata encargado de imponer nombres de lagos nacionales o extranjeros a las calles de aquella delegación, al ver agotados los disponibles, inventó el vocablo “Gascasónica” para dar testimonio de adulación al general Celestino Gasca, entonces en funciones de regente de la capital y líder de la CROM.

La conclusión es del propio Acevedo Escobedo: “nadie puede negar que se trata de un episodio muy a la mexicana”.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Increìble que exista gente tan ignorante, y que otras piensen que es graciosa la sobrada ignorancia y falta de seriedad de ciertos empleados, estoy de acuerdo que siempre serà mejor y mas ilustrativo para todos que las nomenclaturas de las calles nos den un mucho de cultura general; PAISES, CAPITALES, RIOS, MONTAÑAS, POETAS , MUSICOS CLASICOS, ESCRITORES,ESTADOS DE LA REPUBLICA MEXICANA; HASTA POLITICOS CORRUPTOS, EN FIN ETC. ETC.

Salvador dijo...

Creo que más que a la ignorancia, o quizá agregado a ésta, el origen del nombre de la citada calle debe atribuirse a eso que en términos llano se conoce como lambisconería.

Unknown dijo...

SÌ MUY CIERTO

SIMPLE Y LLANAMENTE LAMBISCONERIA BARATA!!!!!!!