Compleja tarea la de encontrar nombres
para todas las avenidas, calles, cerradas, callejones y plazas en centros
urbanos tan grandes como Ciudad de México (aun con las inevitables repeticiones
ya que se estima en más de 200 las calles que se llaman Benito Juárez). Quienes
hayan integrado las sucesivas comisiones encargadas del nomenclátor seguramente
han tenido jornadas de grandes discusiones acerca de la pertinencia o no de
adjudicar a una vialidad el nombre de cierto personaje. Además por aquello del
revisionismo histórico no sólo deben encargarse de atribuir nombres sino
también de quitarlos; por cierto que José G. Moreno de Alba recomienda mucha
prudencia a ese respecto.
Siempre será criticable la cada día más
frecuente tendencia de no pocos políticos, alcaldes y administradores a cambiar
los nombres tradicionales de los pueblos y las calles. Me parece que tales
topónimos, cuanto más antiguos, más respetables deberían ser para los
ciudadanos comunes y sobre todo para las autoridades civiles. Si la integridad
de los monumentos históricos o artísticos está defendida jurídicamente por
leyes severas, no veo por qué los nombres de verdadera raigambre deban
modificarse por el capricho de unos pocos. Sin duda habrá siempre nuevos trazos
urbanos, nuevos asentamientos humanos que puedan honrar a héroes o políticos
destacados, mediante su bautizo con tal o cual nombre. Consérvense en cambio
inalteradas las viejas designaciones, que son también parte de la historia.
De tal manera que para Moreno de Alba
estos cambios solamente deberían producirse cuando la gravedad del caso lo
hiciera inevitable: “Aludo en concreto a designaciones que suponen, en alguna
medida, una broma (a mi juicio de mal gusto) que implica cierto engaño o
falacia.” Y para dejar en claro a que se refiere, proporciona un ejemplo.
En buena parte del tradicional barrio de
Tacuba las calles tienen nombres de lagos (Lago
Managua, Lago Mayor, Lago Ontario, etc.). Entre ellas hay una
(y dos cerradas y una privada) con el nombre de Lago Gascasónica, lago que ningún manual de geografía menciona, por
la sencilla razón de que no existe. La Enciclopedia
de México, a mi juicio demasiado benévolamente, describe como pintoresco el
hecho de que a algún empleado se le
haya ocurrido tal designación para honrar así al general Celestino Gasca (quien
fue entre otras cosas gobernador del Distrito Federal por los años veinte),
para lo cual influyó también el que, a juicio del mismo empleado, "eran
muchas las calles de esas colonias y me faltaron lagos o me sobró ignorancia".
Independientemente de que se dé o no crédito a esa ingenua explicación —pues,
entre otras posibles dudas, creo que no corresponde a cualquier empleado
asignar nombres a las calles—, lo anecdótico de este dato no bastaría, me
parece, para conservar, en la nomenclatura de una ciudad como la nuestra este
absurdo sinsentido, para el cual
contribuye también lo grotesco de la "derivación" (-asónica), incluyendo la terminación
femenina para el masculino lago. Creo que convendría en ese caso (y en otros
que tal vez existan) cambiar el nombre de esa calle. Habrá seguramente por ahí
algún lago verdadero con cuyo nombre todavía no se haya bautizado a calle
alguna.
Desconfiado que es uno, pensé que se
trataba de una broma de don José G. Moreno de Alba. Sin embargo otro gran
conocedor de estos temas, como lo es Antonio Acevedo Escobedo, confirma la
cuestión.
El caso de la calle Lago Gascasónica, en
Tacuba, es todo un cuento de humorismo. El prestigioso Geographical Magazine envió a México a un empleado a investigar en
el Departamento del Distrito Federal en qué zona de la república se hallaba
dicho lago, del cual carecían de noticias. De pesquisa en pesquisa se logró
saber que el burócrata encargado de imponer nombres de lagos nacionales o
extranjeros a las calles de aquella delegación, al ver agotados los
disponibles, inventó el vocablo “Gascasónica” para dar testimonio de adulación
al general Celestino Gasca, entonces en funciones de regente de la capital y
líder de la CROM.
La conclusión es del propio Acevedo
Escobedo: “nadie puede negar que se trata de un episodio muy a la mexicana”.
3 comentarios:
Increìble que exista gente tan ignorante, y que otras piensen que es graciosa la sobrada ignorancia y falta de seriedad de ciertos empleados, estoy de acuerdo que siempre serà mejor y mas ilustrativo para todos que las nomenclaturas de las calles nos den un mucho de cultura general; PAISES, CAPITALES, RIOS, MONTAÑAS, POETAS , MUSICOS CLASICOS, ESCRITORES,ESTADOS DE LA REPUBLICA MEXICANA; HASTA POLITICOS CORRUPTOS, EN FIN ETC. ETC.
Creo que más que a la ignorancia, o quizá agregado a ésta, el origen del nombre de la citada calle debe atribuirse a eso que en términos llano se conoce como lambisconería.
SÌ MUY CIERTO
SIMPLE Y LLANAMENTE LAMBISCONERIA BARATA!!!!!!!
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