En
otra ocasión ya nos hemos referido a algunas variaciones en las formas de medir
el tiempo (http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.mx/2013/11/el-tiempo-que-transcurre-en-otro-tiempo.html).
Pero ahora Álex Grijelmo nos permite
ahondar en otro aspecto de la cuestión.
Las
televisiones privadas (…) van a lograr pronto que cambie la percepción general
sobre el significado del adverbio “enseguida”.
Anuncian
a cada rato: “Enseguida, nuestro invitado sorpresa”. “Las imágenes más
esperadas… enseguida”. Y en los programas deportivos: “No os perdáis el macrorresumen
del partido de Mestalla, enseguida en #directogol”.
Ante
ello Grijelmo quiso verificar la pertinencia de estos anuncios. “He medido alguna
vez la duración de esos ‘enseguidas’, y entre el momento en que aparecen los
avisos y la llegada de lo prometido pueden transcurrir 20, 25 o 30 minutos.”
Ello forma parte de una estrategia cuidadosamente estudiada. “Se trata de una
manipulación más que están implantando los hechiceros de las audiencias en la
búsqueda de ese efecto pegamento que pretende mantener al público adosado a la
pantalla y sin permitirse ir un rato al baño.”
Claro
está –según Grijelmo- que el uso de la expresión considerada dista mucho de ser
adecuado.
El Diccionario define “enseguida” como
“inmediatamente después en el tiempo o en el espacio”. Sin embargo, lo que se
suele ver “inmediatamente después” de ese “enseguida” es cualquier cosa menos
lo anunciado. Los minutos pasan y pasan, se intercalan eternos cortes
publicitarios, tertulias, entrevistas irrelevantes, reportajes de refrito,
imágenes en una cinta sin fin que alargan la espera hasta hacerla insoportable…
Y “enseguida” equivale a “de seguido”: sin romper la continuidad.
La
audiencia, afirma Álex Grijelmo, acepta sin más este estado de cosas pero
desconfía de la inmediatez anunciada. “Con el tiempo, eso sí, el público
aprende que ‘enseguida’ no significa ‘enseguida’. Que las palabras de ellos no son las nuestras.” Concluye
afirmando que la tolerancia ante la televisión no aplica en otros ámbitos. “Pero
pobre del camarero que suelte ese mismo ‘enseguida’ falso después de que los
comensales hambrientos le pregunten que cuándo estará lista la paella. A él le
puede caer la mundial.”
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