Las
apariencias (sabido es, a veces engañan) parecen presentar como opuestas a dos
corrientes que son complementarias. Por un lado mucho se ha venido hablando en
cuanto a los impresionantes avances tecnológicos en el campo de la medicina que
han ido desplazando la idea del médico tradicional de consultorio. Por otra
parte, mientras tanto, no se apagan las voces de quienes destacan la existencia
de doctores que con su sola presencia alivian los malestares del paciente.
Nos
referiremos a estos últimos y para ello recurrimos a un notable representante
de la profesión como lo es Oliver Sacks, quien traza un admirable perfil de su colega
Michael Kremer para quien la base de todo estaba en una atenta observación del
paciente.
La simpatía
o empatía de Kremer era extraordinaria. Parecía capaz de leer la mente de sus
pacientes, conocer de manera intuitiva todos sus miedos y esperanzas. Observaba
sus movimientos y posturas, como un director de teatro con los actores. Uno de
sus artículos –uno de mis favoritos- se titulaba “Sentarse, levantarse y
caminar”. Demostraba lo mucho que observaba y comprendía antes incluso de
llevar a cabo un examen neurológico, antes incluso de que el paciente abriera
la boca.
Otro
de los secretos de Michael Kremer –siguiendo a Sacks- estaba dado por el tipo
de atención que brindaba. “En su consulta de pacientes externos de los viernes
por la tarde, Kremer a veces veía hasta a treinta pacientes distintos, y a cada
uno le dedicaba una atención intensa, concentrada y compasiva.” Conviene
reiterar esas tres características de la atención personalizada: intensa,
concentrada y compasiva.
Y
claro está, de esta manera los resultados no se hacían esperar ya que “los
pacientes lo adoraban, y todos hablaban de su amabilidad, de que su sola
presencia ya les resultaba terapéutica”.
Sin
quitar trascendencia alguna a los enormes avances de la tecnología médica de
alta especialidad, lo que sería absurdo, podemos concluir que la existencia del
médico con presencia curativa no se encuentra amenazada y goza de muy buena
salud.
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