martes, 1 de agosto de 2017

Presencia curativa


Las apariencias (sabido es, a veces engañan) parecen presentar como opuestas a dos corrientes que son complementarias. Por un lado mucho se ha venido hablando en cuanto a los impresionantes avances tecnológicos en el campo de la medicina que han ido desplazando la idea del médico tradicional de consultorio. Por otra parte, mientras tanto, no se apagan las voces de quienes destacan la existencia de doctores que con su sola presencia alivian los malestares del paciente.

Nos referiremos a estos últimos y para ello recurrimos a un notable representante de la profesión como lo es Oliver Sacks, quien traza un admirable perfil de su colega Michael Kremer para quien la base de todo estaba en una atenta observación del paciente.

La simpatía o empatía de Kremer era extraordinaria. Parecía capaz de leer la mente de sus pacientes, conocer de manera intuitiva todos sus miedos y esperanzas. Observaba sus movimientos y posturas, como un director de teatro con los actores. Uno de sus artículos –uno de mis favoritos- se titulaba “Sentarse, levantarse y caminar”. Demostraba lo mucho que observaba y comprendía antes incluso de llevar a cabo un examen neurológico, antes incluso de que el paciente abriera la boca.

Otro de los secretos de Michael Kremer –siguiendo a Sacks- estaba dado por el tipo de atención que brindaba. “En su consulta de pacientes externos de los viernes por la tarde, Kremer a veces veía hasta a treinta pacientes distintos, y a cada uno le dedicaba una atención intensa, concentrada y compasiva.” Conviene reiterar esas tres características de la atención personalizada: intensa, concentrada y compasiva.

Y claro está, de esta manera los resultados no se hacían esperar ya que “los pacientes lo adoraban, y todos hablaban de su amabilidad, de que su sola presencia ya les resultaba terapéutica”.

Sin quitar trascendencia alguna a los enormes avances de la tecnología médica de alta especialidad, lo que sería absurdo, podemos concluir que la existencia del médico con presencia curativa no se encuentra amenazada y goza de muy buena salud.          

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