Hace poco en este mismo espacio citamos a
diferentes autores que enunciaban los motivos que tenían para escribir (http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.mx/2017/08/escribir-para-que.html).
Hoy volvemos al tema, el caso que narra Ángela Pradelli lo amerita.
“Per vendetta”, contestó Ferdinando
Camon en 1985 en una entrevista publicada en un número especial del diario Libération de París, en la que
cuatrocientos escritores respondían la misma pregunta. “Pourquoi
écrivez-vous?” “Scrivo per vendetta, non per giustizia, non per santità, non
per Gloria, ma per vendetta”.
Seguramente
esa respuesta estaría lejos, muy lejos de la de sus colegas y Ferdinando Camon tenía
–según Pradelli- sus buenas razones para ello.
Así contestaba
el escritor italiano nacido en Padua en 1935, cuyas obras fueron traducidas a
veintiún idiomas. “Escribo por venganza. No por justicia, ni por santidad, ni
por la gloria; sino por venganza. Todavía, dentro de mí siento esta venganza
como justa, santa, gloriosa. Mi madre sabía escribir solo su nombre y apellido.
Mi padre, apenas un poco más. En el pueblo en que nací, los campesinos
analfabetos firmaban con una cruz. Cuando recibían una carta del municipio, del
ejército o de la policía (nadie más les escribía), se asustaban y acudían al
cura para que se las explicara. Los vi pasar muchas veces, yo era un muchacho.”
De esta manera
fue como Camon –citado por Ángela Pradelli- hizo de la escritura una forma de
militancia. “Desde entonces sentí a la escritura como un instrumento de poder.
Y soñé siempre con pasar del otro lado, poseerme de la escritura, pero para
usarla a favor de aquellos que no la conocían: para cumplirles sus venganzas.”
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