En otra ocasión ya nos hemos referido a
este tema (http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.mx/2011/01/san-lunes.html).
Pero el asunto es que sobre los lunes siempre queda mucho por decir y la
revista Muy Interesante (septiembre
2012) profundiza en el asunto.
A la mayoría de la gente no le gustan
los lunes. Y el científico australiano Tim Olds acaba de identificar uno de los
motivos. Según revela un estudio que se presentará (…) en la Conferencia de la
Asociación Austroasiática sobre el Sueño, la noche que menos dormimos es la que
transcurre del domingo al lunes. Y eso hace que empecemos la semana con una
considerable falta de sueño.
Sus resultados se basan en un
experimento masivo con 4.000 niños y adolescentes australianos de edades
comprendidas entre 9 y 18 años. Analizando sus hábitos, Olds ha llegado a la
conclusión de que estamos acostumbrados a trasnochar los viernes y los sábados,
y que “el domingo nos acostamos tarde porque no queremos dejar el fin de semana
atrás”. Esto causa un déficit de horas de sueño que tiene consecuencias
negativas, como un sistema inmune más débil, dificultades para memorizar y
problemas de atención.
Al mismo tiempo aporta un dato con
precisión sorprendente. “Según un estudio realizado a finales del año pasado
por la compañía británica Marmite, el malestar de los lunes por la mañana se
traduce entre otras cosas en que, en promedio, la gente no empieza a sonreír
hasta las 11:16 a.m.” En mi entorno puedo afirmar con contundencia que el
retraso en relación a ello es evidente…
Obviamente, tomando en cuenta lo ya
señalado, se producen efectos de consideración en el ámbito laboral que no sólo
–tal como afirma el artículo de la revista Muy
Interesante- tienen que ver con el ausentismo de los trabajadores que, por
cierto, ese día se incrementa notablemente.
Además, en el trabajo el rendimiento se
limita a 3-5 horas de trabajo productivo y tenemos un 50% más de posibilidades
de llegar tarde al "curro" [trabajo] este día de la semana. Por otra
parte, el estudio calcula que los individuos con edades comprendidas entre 45 y
54 años pasan más de 12 minutos quejándose cada lunes. Y los trabajadores pasan
más tiempo hablando con sus compañeros este día de la semana.
Conscientes de esta situación, los
consumidores -según describe Luis Melnik- se conducen con ciertas precauciones
a la hora de realizar sus compras.
Una vieja leyenda cuenta que los
norteamericanos se cuidaban muy bien de comprar vehículos terminados un lunes.
Parecía estadísticamente demostrable que esos coches tendrían mayores problemas
porque los operarios y técnicos cargaban sus resacas alcohólicas del fin de
semana y su precisión en el armado sufría penosas lagunas.
¿Es posible mejorar este síndrome lunático
de los lunes? ¿Hay alternativas? El artículo de la revista ya citada presenta
algunas sugerencias.
El estudio revelaba también que algunas
actividades para mejorar el lastre emocional de saber que arranca la semana
laboral son practicar sexo, comer chocolate y ver la televisión. Planificar un
viaje también reduce el tedio de los lunes.
¿Será?
No hay comentarios:
Publicar un comentario