martes, 9 de enero de 2018

Los lunes


En otra ocasión ya nos hemos referido a este tema (http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.mx/2011/01/san-lunes.html). Pero el asunto es que sobre los lunes siempre queda mucho por decir y la revista Muy Interesante (septiembre 2012) profundiza en el asunto. 

A la mayoría de la gente no le gustan los lunes. Y el científico australiano Tim Olds acaba de identificar uno de los motivos. Según revela un estudio que se presentará (…) en la Conferencia de la Asociación Austroasiática sobre el Sueño, la noche que menos dormimos es la que transcurre del domingo al lunes. Y eso hace que empecemos la semana con una considerable falta de sueño.
Sus resultados se basan en un experimento masivo con 4.000 niños y adolescentes australianos de edades comprendidas entre 9 y 18 años. Analizando sus hábitos, Olds ha llegado a la conclusión de que estamos acostumbrados a trasnochar los viernes y los sábados, y que “el domingo nos acostamos tarde porque no queremos dejar el fin de semana atrás”. Esto causa un déficit de horas de sueño que tiene consecuencias negativas, como un sistema inmune más débil, dificultades para memorizar y problemas de atención. 

Al mismo tiempo aporta un dato con precisión sorprendente. “Según un estudio realizado a finales del año pasado por la compañía británica Marmite, el malestar de los lunes por la mañana se traduce entre otras cosas en que, en promedio, la gente no empieza a sonreír hasta las 11:16 a.m.” En mi entorno puedo afirmar con contundencia que el retraso en relación a ello es evidente…

Obviamente, tomando en cuenta lo ya señalado, se producen efectos de consideración en el ámbito laboral que no sólo –tal como afirma el artículo de la revista Muy Interesante- tienen que ver con el ausentismo de los trabajadores que, por cierto, ese día se incrementa notablemente.

Además, en el trabajo el rendimiento se limita a 3-5 horas de trabajo productivo y tenemos un 50% más de posibilidades de llegar tarde al "curro" [trabajo] este día de la semana. Por otra parte, el estudio calcula que los individuos con edades comprendidas entre 45 y 54 años pasan más de 12 minutos quejándose cada lunes. Y los trabajadores pasan más tiempo hablando con sus compañeros este día de la semana.

Conscientes de esta situación, los consumidores -según describe Luis Melnik- se conducen con ciertas precauciones a la hora de realizar sus compras.

Una vieja leyenda cuenta que los norteamericanos se cuidaban muy bien de comprar vehículos terminados un lunes. Parecía estadísticamente demostrable que esos coches tendrían mayores problemas porque los operarios y técnicos cargaban sus resacas alcohólicas del fin de semana y su precisión en el armado sufría penosas lagunas. 

¿Es posible mejorar este síndrome lunático de los lunes? ¿Hay alternativas? El artículo de la revista ya citada presenta algunas sugerencias.

El estudio revelaba también que algunas actividades para mejorar el lastre emocional de saber que arranca la semana laboral son practicar sexo, comer chocolate y ver la televisión. Planificar un viaje también reduce el tedio de los lunes.

¿Será?

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