Con el
crecimiento demográfico, el elevado costo de las construcciones y la
optimización de ganancias por parte del sector inmobiliario, queda claro que las
viviendas son cada vez más pequeñas así como menor la distancia entre unas y
otras. La convivencia se ha vuelto más difícil al generarse situaciones de
cierta promiscuidad como la que presentamos a continuación publicada por El faro de Vigo del 3 de noviembre de
2017.
Nunca
llueve a gusto de todos y los momentos de máximo placer de unos pueden ser un
suplicio para otros. El ejemplo perfecto se vive estos días en un edificio del
centro de Vigo: un grupo de habitantes de un inmueble de García Barbón se han
unido para, nota mediante, pedirle a una vecina que reduzca los
"decibelios emanados" cuando practica sexo.
Pero
veamos el mensaje completo –seguramente exhibido en el tablero de anuncios del edificio- del que da cuenta el
mismo periódico
Estimada vecina del 6º C:
Los vecinos de esta Comunidad queremos
transmitirte nuestras más sinceras felicitaciones por la vida sexual tan activa
que practicas y esperamos que la sigas disfrutando por muchos años en tu propio
beneficio.
Si bien, y en beneficio de los vecinos de esta
Comunidad, agradeceríamos no nos hagas partícipes del derroche de placer
suscitado de estas prácticas, reduciendo considerablemente los decibelios
emanados de las expresiones de goce y entusiasmo que las mismas provocan. Más
aún, cuando estas tengan lugar pasadas las 00:00 horas en días laborables, como
viene siendo habitual.
Rogamos tengas en consideración nuestra
solicitud y confiamos en que esta petición sea acogida con buena voluntad y
predisposición para una eficaz resolución de la misma.
Afectuosamente,
tus vecinos
Ya no
tuvimos noticia de cuál fue la reacción de la vecina y si hubo conciliación
entre las partes.
Lo que
sí podemos añadir, en relación a este mismo tema, es que por estos rumbos no se
cantan mal las rancheras. Tal vez algún día, en este mismo espacio demos cuenta
de ello.
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