jueves, 12 de abril de 2018

Una foto que hizo historia


Una imagen vale más que mil palabras, afirma el dicho popular. Los centros de poder lo saben muy bien y de allí sus esfuerzos denodados por borrar toda huella de arbitrariedad, injusticia y violencia. Sabido es que los registros llegados de la guerra de Vietnam fueron decisivos para el fortalecimiento de los movimientos de resistencia. Los gobernantes aprendieron la lección y procuran que mediante la manipulación de la información no lleguen pruebas de las atrocidades que provocan.
Un caso en relación a lo que venimos comentado lo proporciona Pablo Maurette al describir el contexto de una foto que fue decisiva en la historia de Estados Unidos  
(…) es la foto que marcó el inicio de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos; y fue tomada en el velorio de un joven negro llamado Emmett Till. Emmett tenía 14 años y vivía en Chicago. En el verano de 1955, viajó a Money, Mississippi, para visitar a su tío. Lo que sucedió en Money nunca quedó claro. Según los victimarios, Emmett le dijo un piropo a una mujer blanca. Según su familia, el chico simplemente le dirigió la palabra.
Ante episodios como este -tal como lo muestran diversos libros y películas que caracterizan la época- no era raro que surgieran reacciones brutales y desproporcionadas. Continúa Maurette 
Esa misma noche, un grupo de hombres lo fue a buscar a lo de su tío. Lo golpearon y se lo llevaron en auto. Unos días después, dos chicos encontraron el cadáver flotando en el río Tallahatchie con un tiro en la cabeza y completamente desfigurado. 
La madre de Emmett se mantuvo firme e indoblegable hasta poder ver a su hijo. Después tomó una dolorosa decisión: que los demás también lo vieran, que constataran con sus propios ojos la terrible violencia que había sufrido.
Cuando el cuerpo llegó a Chicago, su madre, Mamie Till, insistió en verlo desoyendo las advertencias de los forenses. Lo que vio la dejó anonadada. No parece un ser humano sino “algo del espacio exterior”, dijo. Entonces tomó la decisión que daría comienzo a una década de batalla encarnizada por los derechos civiles: el velorio sería a cajón abierto. “Como no tengo palabras para describirlo, quiero que el mundo vea lo que le hicieron”, explicó Mamie. Así fue.
Decenas de miles de personas se acercaron a ver a Emmett Till y las fotos se publicaron en el Chicago Defender, el Courier, las revistas Jet, Crisis y Life
Como suele acontecer en estas situaciones, señala Pablo Maurette, “muchos medios se negaron a publicarlas por considerarlas obscenas y aún hoy la imagen genera polémica”. Aquella foto marcó a muchas personas y ejemplo de ello es que “Mohammed Ali y Martin Luther King recordarían durante años la profunda impresión que les causó (…)” 
Ya no habría vuelta atrás. Apunta Maurette que “apenas dos meses después del velorio, una tal Rosa Parks se negó a cambiarse de asiento en un autobús en Montgomery, Alabama” (a ello nos hemos referido en este mismo espacio http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.mx/2014/05/rosa-parks-la-fuerza-del-no.html). Concluye Pablo Maurette que “tiempo más tarde, Parks le confesó a Mamie Till que en aquel momento de resistencia había evocado la imagen de Emmett”.
Mamie Till, una de las muchas madres coraje que no están dispuestas a doblegarse ante los poderosos de turno. De ayer, de hoy, de mañana.

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