martes, 22 de mayo de 2018

El zoom de la mirada en la búsqueda de una historia


La cotidianidad está repleta de historias, tan solo hay que saber hallarlas. Quienes le saben al oficio encuentran su principio de interés en múltiples lugares: algo observado en la calle, un sucedido que les contaron, una charla que escucharon en forma involuntaria, un periódico, una revista, etc.

En relación a ello, Gabriel García Márquez presenta lo que le aconteció en cierta ocasión.

El otro día, hojeando una revista Life, encontré una foto enorme. Es una foto del entierro de Hirohito. En ella aparece la nueva emperatriz, la esposa de Akihito. Está lloviendo. Al fondo, fuera de foco, se ven los guardias con impermeables blancos, y más al fondo la multitud con paraguas, periódicos y trapos en la cabeza; y en el centro de la foto, en un segundo plano, la emperatriz sola, muy delgada, totalmente vestida de negro, con un velo negro y un paraguas negro. Vi aquella foto maravillosa y lo primero que me vino al corazón fue que allí había una historia.

¿Cuál era aquella historia? ¿Tendría que ver con la esposa de Akihito? ¿Con la tristeza que la lluvia daba agregaba al entierro de Hirohito? El escritor continúa enfocando el zoom.

Una historia que, por supuesto, no es la de la muerte del emperador, la que está contando la foto, sino otra: una historia de media hora. Se me quedó esa idea en la cabeza y ha seguido ahí, dando vueltas. Ya eliminé el fondo, descarté por completo los guardias vestidos de blanco, la gente... Por un momento me quedé únicamente con la imagen de la emperatriz bajo la lluvia, pero muy pronto la descarté también.

Aquella historia apareció en un sitio inesperado, tal como lo narra Gabriel García Márquez: “Y entonces lo único que me quedó fue el paraguas. Estoy absolutamente convencido de que en ese paraguas hay una historia.”

¿Cuál era aquella historia? No lo sé, ya no tuve noticias.

O tal vez tan solo sea una muestra de la técnica empleada para encontrar un paraguas con historia.

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