jueves, 13 de diciembre de 2018

Dificultades de un escritor e impresor en el siglo XVI


Quien crea que los problemas que desvelan a los escritores y editores han aparecido en nuestro tiempo debido a las dificultades para publicar, a las ediciones piratas, la aparición del libro electrónico o a que se editan muchos títulos y se lee poco, incurre en error de consideración.
Veamos lo que comenta Manuel de Olaguíbel en relación a Enrique Etienne (cabe acotar que se mantuvo la grafía del texto original que es de 1884).
Enrique [Etienne] quiso hacer [un gran servicio a] la lengua helénica, y trabajó doce años para poder dar á la luz pública su “Theasurus grecae linguae”. Paris, 1572, reimpreso en Londres, 1828, 7 vol. in folio, y posteriormente en Paris, en la casa de Didor.
Esta obra, que todos reputan excelente, no produjo ningun dinero á su autor; muy al contrario, puede decirse que causó su ruina, pues habiendo gastado grandes sumas en la impresión, no podia darla barata, y por lo mismo casi no tenia compradores.
La publicacion de su libro “Tratado preparatorio á la Apología por Herodoto”, le acarreó una persecucion, por la que tuvo que refugiarse en las nevadas montañas de la Auvernia. Hay quien refiera, aunque esto no se ha comprobado, que á la vez que alli se encontraba fué quemado en efigie en la plaza de Grève, lo que le hizo decir con donaire, que nunca habia sentido más frío que cuando lo habian quemado.
Con lo que llevamos del relato queda en claro los enormes problemas que debió afrontar. Sin embargo –de acuerdo con de Olaguíbel- las dificultades aún serían mayores para este hombre del siglo XVI comprometido con la cultura de su tiempo.
Grandes fueron desde entonces los sufrimientos de Enrique Etienne, pues se vió obligado á cambiar continuamente de domicilio, perseguido por acreedores que él se habia buscado por su amor inmenso á las letras, no por dilapidar el dinero en ningun vicio. Habia perdido su fortuna, quedábale sólo su clarísima inteligencia como una suprema compensacion á desgracia tanta; pero quiso el destino arrebatarle su último bien, y este hombre, que es considerado por alguno como el impresor más sabio que ha existido, murió loco en el hospital de Lyon el año de 1598.
Aun con todas las vicisitudes que debió afrontar, sus aportes –concluye Manuel de Olaguíbel- fueron enormes.
Varias son las obras con que contribuyó Enrique Etienne, como escritor, al progreso humano; entre ellas no podemos dejar de citar, por su importancia, las siguientes: en primer lugar la edición prínceps de Anacreon, con la preciosa traduccion latina en verso hecha por él, y que publicó en su imprenta en 1554, I vol. in 4º. 
Introduction au Traité de la conformité des merveilles anciennes avec les modernes, ou Traité preparatif á l’Apologie pour Herodote. Sin lugar de impresión. 1565, I vol. in 8º.
Apologie pour Herodote. Paris, 3 vol. in 8º. Obra prohibida. (…)
Deux dialogues du nouveau langage francois italianisé. Geneve, 1578, I vol. in 8º. 
Esta obra, en que critica de una manera dura á los cortesanos, obligó á su autor á ausentarse de Ginebra.
La pasión por los libros que tuvo Enrique Etienne hizo posible que no fuera vencido por los muchos obstáculos que debió enfrentar. 
Honor a quien honor merece.

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