Es una
de las esculturas más famosas de Auguste Rodin que -según varias fuentes- fue
modelada entre 1880 y 1882 para decorar La
puerta del Infierno, trabajo por encargo del Ministerio de Instrucción
Pública y Bellas Artes de Francia para la entrada de lo que sería el Museo de
Artes Decorativas de París (proyecto que no se llevó a término). Inicialmente
se conoció con el nombre de El poeta
y representaba a Dante Alighieri.
La
pose extraña del hombre de la escultura ha dado lugar a diversas conjeturas, entre ellas la de Ramón Gómez de la Serna –citado
por Jaime Fernández- quien dijo que El
Pensador “será el hombre que más tiempo ha estado sentado en el retrete”
(opinión compartida por muchos observadores de la pieza).
Jaime
Fernández también presenta sus consideraciones al respecto.
Como
escultura, El Pensador está bien,
nada que objetar. Pero el nombre con el que Rodin bautizó su obra quizá no sea
el más apropiado, y ello pese a la postura de la figura. (…) Prefiero creer que
ese hombre de expresión grave más que pensar, está imaginando. Y que cada cual
imagine lo que quiera acerca del objeto de su imaginación.
Uno puede
imaginar en cualquier postura, siempre que sea cómoda. Intuyo que la mayoría de
las personas que parecen rumiar pensamientos sesudos incluso en una postura tan
escultural y romántica como la de El
Pensador (…)
Por su
parte, Macedonio Fernández –citado por Alejandro Zambra- afirma que: “Los pensadores son más friolentos; este se saca la
ropa para poder pensar.”
En fin que la obra ha dado de qué hablar, lo cual no
es nada ajeno al mundo del arte.
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