No es
conveniente vivir atosigado por la conciencia permanente de nuestra
precariedad, de nuestra fragilidad, pero tampoco es recomendable atravesar la
existencia con aires de omnipotencia.
Hace
ya algún tiempo, Núria Jar publicó en la prensa (La Vanguardia, 23/7/2017) un artículo en relación a cuando los
médicos se enferman. Y allí entrevistaba a diversos galenos que habían sufrido
un inesperado quebranto de salud; en esta ocasión nos centramos en el
testimonio del doctor Álvar Agustí.
(…) a
principios del año pasado (…) alguien le “apagó la luz” al doctor Àlvar Agustí,
director del Institut Respiratori del hospital Clínic. Hacía unos días que no
se encontraba demasiado bien. Lo último que recuerda antes del fundido a negro
es que se tumbó en una camilla para que un compañero de hospital le explorarse.
“De repente me desperté en mi propia unidad de cuidados intensivos”.
Al
volver en sí no podía entender lo que sucedía y fue su esposa –prosigue la nota
de Núria Jar- quien le informó de lo acontecido.
En aquel
momento, su mujer estaba a su lado. Fue ella quien le contó que hacía treinta
días que estaba ingresado allí. Alucinó, pero no contestó porque no podía
responder. Ni siquiera podía cerrar los ojos. Estaba absolutamente inmóvil. Los
médicos le explicaron que había sufrido de forma repentina el síndrome de
Guillain-Barré. Aunque el trastorno es poco frecuente, Agustí lo conocía bien:
“No hace falta que me digáis nada más”, pensó en aquel mismo instante. Su
cuerpo había empezado una batalla absurda consigo mismo que dejaba a las
neuronas de su sistema nervioso periférico sin capacidad de transmitir señales.
Agustí
–de acuerdo a lo señalado en la nota de Jar- es terminante al referirse a su
vivencia. “En cuestión de un minuto, incluso de treinta segundos, te cambia la
vida: uno pasa de estar sano a ponerse enfermo”. Añade Núria Jar que el doctor
Álvar Agustí –quien afortunadamente se ha ido recuperando- debió permanecer
internado más de dos meses en la propia UCI donde laboraba.
Cuando
un médico enferma de gravedad, es posible que su práctica profesional se vea
impactada por cambios de trascendencia. Los testimonios abundan y volveremos
sobre ello.
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