jueves, 28 de marzo de 2019

Cuando en cuestión de segundos se apaga la luz


No es conveniente vivir atosigado por la conciencia permanente de nuestra precariedad, de nuestra fragilidad, pero tampoco es recomendable atravesar la existencia con aires de omnipotencia.

Hace ya algún tiempo, Núria Jar publicó en la prensa (La Vanguardia, 23/7/2017) un artículo en relación a cuando los médicos se enferman. Y allí entrevistaba a diversos galenos que habían sufrido un inesperado quebranto de salud; en esta ocasión nos centramos en el testimonio del doctor Álvar Agustí.

(…) a principios del año pasado (…) alguien le “apagó la luz” al doctor Àlvar Agustí, director del Institut Respiratori del hospital Clínic. Hacía unos días que no se encontraba demasiado bien. Lo último que recuerda antes del fundido a negro es que se tumbó en una camilla para que un compañero de hospital le explorarse. “De repente me desperté en mi propia unidad de cuidados intensivos”.

Al volver en sí no podía entender lo que sucedía y fue su esposa –prosigue la nota de Núria Jar- quien le informó de lo acontecido.

En aquel momento, su mujer estaba a su lado. Fue ella quien le contó que hacía treinta días que estaba ingresado allí. Alucinó, pero no contestó porque no podía responder. Ni siquiera podía cerrar los ojos. Estaba absolutamente inmóvil. Los médicos le explicaron que había sufrido de forma repentina el síndrome de Guillain-Barré. Aunque el trastorno es poco frecuente, Agustí lo conocía bien: “No hace falta que me digáis nada más”, pensó en aquel mismo instante. Su cuerpo había empezado una batalla absurda consigo mismo que dejaba a las neuronas de su sistema nervioso periférico sin capacidad de transmitir señales.

Agustí –de acuerdo a lo señalado en la nota de Jar- es terminante al referirse a su vivencia. “En cuestión de un minuto, incluso de treinta segundos, te cambia la vida: uno pasa de estar sano a ponerse enfermo”. Añade Núria Jar que el doctor Álvar Agustí –quien afortunadamente se ha ido recuperando- debió permanecer internado más de dos meses en la propia UCI donde laboraba.

Cuando un médico enferma de gravedad, es posible que su práctica profesional se vea impactada por cambios de trascendencia. Los testimonios abundan y volveremos sobre ello.

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