Decía Ricoeur algo así como que
la vida de una persona está constituida por una encrucijada de historias,
encuentros, coincidencias que nos van construyendo. En ese historial personal
hay situaciones muy especiales que llegan a cambiar el curso de nuestra vida.
A ello se refiere Amos Oz y en su
calidad de escritor comienza con lo que le es más próximo: “hay libros que me han
cambiado la vida”. Pero enseguida amplía el terreno de sus consideraciones
“y también películas, o la Cantata 106 de Bach, que, cuando la escuché por
primera vez, supe que ya no sería exactamente la misma persona”. Pasa enseguida
a enunciar algunos de esos libros que le cambiaron la vida
(…) me ocurrió
con Crimen y castigo, y eso mismo me
ocurrió con relatos cortos de Sherwood Anderson, de Berdichevsky, de Chéjov, y
eso mismo me ocurrió con Sippur pashut
de Agnón y otros relatos suyos, precisamente con sus relatos de amor y no con
sus grandes novelas.
Reconoce Amos Oz que esto no solo
le acontece a él. “Por supuesto, creo que eso también les ha ocurrido a otras
personas. Sí, un libro, una película o una música pueden cambiarnos.” Lo
anterior le permite emitir una grave sentencia: “A quien nunca en la vida le ha
cambiado un libro, una película, un cuadro o una música es… es una persona
desaprovechada.” Y concluye reconociendo que no solo se trata de obras de arte.
Hay personas a
las que un viaje les cambia muchísimo. Creo que a casi todo el mundo. Por
ejemplo, yo creo que quien no ha pasado alguna vez un tiempo real, no un tiempo
turístico con una cámara de fotos, sino un tiempo real en otro país, no
entenderá su propio país.
Hasta aquí las reflexiones de Amos Oz.
Queda entonces formulada la pregunta para cada quien: ¿cuáles han sido los
libros que me han cambiado la vida?, ¿qué película, música, cuadro, obra
artística en general, ha marcado un antes y un después en mi existencia?, ¿qué
viajes me han dejado huella para siempre?
Asimismo debemos reconocer –y tal vez sea lo más relevante- que algunas
personas y experiencias también nos han cambiado la vida. A ellas les
estamos muy agradecidos; ojalá podamos
decírselo en su momento.
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