En otra ocasión ya hemos visto los
diversos nombres que tiene la muerte en México (http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-la-muerte.html).
Pero como dice Francisco Padrón hay distintas maneras en el morir.
No todos mueren de “muerte natural”, en
su cama, rodeados de los suyos, y con tiempo para “arreglarse” con Dios y con
el Notario, ni todos tienen muerte de ruco, como se dice de los que mueren de
edad avanzada; no, hay otros que mueren a manos, o con la intervención, de
otras gentes; es decir, no mueren en su petate, sino en forma violenta y
criminal.
El mismo Padrón identifica algunas de
las muchas variantes con las que en México se puede decir que alguien fue
asesinado.
La manera de morir se puede indicar por
la forma que convenga al caso eligiendo entre las expresiones siguientes: se lo
venadearon, se lo escabecharon, le dieron chicharrón, se lo madrugaron, se lo
jumaron, lo cazaron, lo dejaron serio, se lo tronaron, se lo cafetearon, lo
clarearon, le dieron a comer plomo, le dieron sus plomazos, le sonaron, se lo
doblaron, se lo sembraron, lo enfriaron, le dieron su pasaporte, le sacaron su
pasaje, se lo ripiaron, se lo soplaron, le sonaron la campana, lo
despellejaron, le dieron su despelleje, se lo despacharon, lo mandaron p’al
otro barrio, le picó la cócona (cuando es muerto por ametralladora), lo
asilenciaron, lo quitaron de padecer, le dieron en la mera chapa, le dieron en
la torre, le dejaron la boca fría, lo hicieron comer tierra, le dieron sus dos
metros de tierra, le sacaron su boleto, le metieron sus píldoras (balas), le sonaron
la matraca (ametralladora), le desconchinflaron el menudo (cuando el difunto
recibió herida penetrante de vientre, con arma blanca), le dieron su chocolate,
le dieron a guardar un fierro, comió fierro, le dieron su carbonato, le dieron
pa’ su chíquete, le dieron la puntilla, le dieron el descabello, le metieron su
alfiler (puñal), le dijeron adiós, lo mandaron p’al otro barrio, le tendieron
su cama, le dieron su medicina, le dieron su atole, le dieron su merecido, le
sacudieron el petate, le levantaron el puesto, le dieron su cloroformo, se lo
almorzaron, le dieron su matarile, le dieron su agüita, lo amortecieron, le
consiguieron su mortaja, le dieron mastuerzo.
La violencia siempre ha estado presente
en la historia de México y el fragmento anterior está tomado del libro de
Francisco Padrón titulado El médico y el
folklore publicado en 1956.
De aquel entonces a hoy ha pasado el
tiempo y la violencia, ¡ay!, sigue estando muy presente.
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