martes, 28 de enero de 2020

Los exploradores y la lectura


La cuestión acerca de ¿qué leer? adquiere relevancia dada la presencia de diversos gustos e intereses. Simon Leys nos cuenta la experiencia de dos grandes expedicionarios en relación a ello.

Las personas prácticas y los hombres de acción en especial tienden a menudo a desaprobar la ficción literaria. Consideran la lectura de literatura creativa una actividad frívola y debilitante. En este sentido, es bastante revelador, por ejemplo, que el gran explorador polar Douglas Mawson –uno de nuestros héroes nacionales- diera a sus hijos el consejo firme de no perder el tiempo leyendo novelas: en vez de ello, les pidió que leyeran sólo obras de historia y biografías para convertirse en individuos sanos.

Leys toma distancia de las opciones de Douglas Mawson respecto a la lectura al tiempo que se identifica con Ernest Shackleton.

Puesto que Mawson sólo nos llevó hasta la Antártida también podría añadir (…) que yo siempre he preferido el ejemplo de Ernest Shackleton (un hombre mucho más grande). En la oscurísima profundidad del desastre, cuando todos los miembros de su expedición tuvieron que aligerar el equipaje de todo lo que fuese indispensable, él se negó a abandonar su amado ejemplar de las poesías completas de Browning.

Concluye Simon Leys con una sugerencia: “Alguien tiene que escribir algún día una tesis doctoral sobre ‘El papel de la poesía en la exploración polar’ (…)”

Y todavía hay quienes dicen que la lectura no sirve para nada.

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