miércoles, 15 de enero de 2020

Perec, los amigos y una singular exposición


Según Kim Nguyen Baraldi para Georges Perec los amigos eran cosa seria y tanto Paulette –su pareja- como él rendían un verdadero culto a la amistad.
Marcel Benabou y Georges Perec se conocieron en 1959 cuando, junto a otros jóvenes, decidieron fundar una revista de estética marxista, La ligne générale. La revista nunca vio la luz, solamente se publicaron una docena de artículos en revistas afines, pero tuvo el mérito de consolidar un grupo de amigos que acompañaron a Perec durante toda su vida: Roger Kleman, Marcel Benabou, Claude Burgelin, Jean Crubellier (que daría su nombre al barco a vapor “Commandant-Crubellier” de Las cosas y a la calle “Simon-Crubellier” del inmueble de La vida instrucciones de uso, ¡qué suerte!), Pierre Getzler y su más viejo amigo Jacques Lederer.
Todos estos amigos acudían sin previo aviso a las reuniones semanales que Georges y su pareja Paulette organizaban en su apartamento de la rue du Bac, cada martes a partir de las cinco de la tarde.  Se instauró una divertida tradición: “los martes de la rue du Bac”. El Sr. y la Sra. Perec recibían en su salón homenajeando y parodiando la antigua tradición francesa de los círculos literarios.
En este contexto no tiene desperdicio un episodio que cuenta Nguyen Baraldi. Desafortunadamente Pierre Getzler –artista que integraba aquel círculo de amigos- no encontraba espacio para exponer su obra. No es difícil imaginar la frustración que ello implicaría para el artista, por lo que Paulette y Georges Perec propusieron una alternativa.
En ese mismo apartamento, también tuvo lugar, en diciembre de 1967, una singular exposición. El pintor Pierre Getzler no conseguía exponer en ningún sitio. Así que, si nadie quería exponer al talentoso Getzler, pues ya se ocuparían de hacerlo Perec y sus amigos. Durante una semana, el apartamento de la rue du Bac se convirtió en una improvisada galería de arte. Perec desempeñó el papel de comisario y se esmeró en crear el catálogo de la exposición. 
“Esta anécdota –concluye Kim Nguyen Baraldi- refleja muy bien cómo era Georges Perec y el amor que tenía por sus amigos.”

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