jueves, 13 de febrero de 2020

Espionaje de amor


Muchos han sido (y continúan siendo) los regímenes políticos que recurrieron al espionaje para inmiscuirse en la vida de los opositores al gobierno; el comunismo soviético fue uno de ellos. Precisamente en estos días estoy leyendo el libro “Los que susurran” de Orlando Figes que presenta una documentada investigación a ese respecto.

El espionaje procura sacar a la luz aquello que se mueve en el espacio que va de la clandestinidad al sigilo. Sucede a veces que lo hallado está muy lejos de lo buscado y Juan Forn da cuenta de un ejemplo de ello.

[Cuando la mujer de Sergei Dovlatov emigra con la hijita de ambos, a Estados Unidos] él no quiere saber nada con irse, le firma los papeles de divorcio y sale a festejar con los amigos, en un raid etílico que culmina dieciocho meses después, frente a un coronel de la KGB, que le dice, desde el otro lado del escritorio: “Escúcheme, Dovlatov, mire las cartas que le escribe a esta mujer, ¿no se da cuenta de que la quiere? Hágame el favor, acá tiene el pasaporte. Deje de hacer papelones y váyase de una vez”.

Ante tal contundente recomendación formulada por el espía devenido en consejero en materia de amor

Dovlatov llama por teléfono a su mujer desde Leningrado para anunciarle que va para allá. Su esposa le pregunta por qué. “Porque el coronel dice que te quiero”, le contesta él.

No conocemos el final de la historia pero es de suponer que ninguna acción de resistencia pudo intentarse ante tal razón de amor.

No hay comentarios: