viernes, 27 de marzo de 2020

La madre del escritor


Es frecuente que cuando un joven manifiesta su deseo de dedicarse al arte, en cualquiera de sus manifestaciones, lleguen voces familiares que busquen disuadirlo de tal idea con la vieja pregunta: “¿y de qué vas a vivir?” 
De acuerdo a lo que narra Alexandra Alter este no fue el caso de J.D. Salinger.
A los 18 años, cuando todavía no había publicado nada y pasaba largas horas frente a su máquina de escribir, J.D. Salinger  recibió una carta muy estimulante de alguien que lo admiraba. “Acepto su historia. La considero una obra maestra. Cobre en el correo 1.000 dólares que hay para usted. Curtis Publishing Co.”
Pero la historia toma –siempre siguiendo a Alter- un curso inesperado.
No era en realidad la carta de una editorial: ese tipo de noticias tardarían años en llegar. Era de la madre, que la había pasado por debajo de la puerta del dormitorio de Salinger una noche en la que escuchó que él estaba tipeando. 
Aquella nota fue tan trascendente para su futuro que “el escritor la guardó 73 años, hasta su muerte en 2010”. El público pudo constatarlo ya que, agrega Alexandra Alter “la nota manuscrita se expone ahora [diciembre 2019] en la Biblioteca Pública de Nueva York, como parte de la primera exhibición pública de los archivos personales de Salinger”.

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