No
se trata de satanizar toda iniciativa empresarial pero cierto es que a veces ello
se facilita en extremo.
Para
ilustrar lo anterior nos referiremos a un ejemplo del pasado reciente. Hasta no
hace muchos años era usual que en las habitaciones de muchos hoteles apareciera
una tarjeta -de presentación estandarizada y que seguramente surgió de la mente
de un “creativo”- que decía:
Estimado Huésped:
Las Toallas, Blancos y demás objetos que para su
comodidad se encuentran en la habitación, están inventariados y cualquier
faltante será cargado a la camarista responsable de este piso.
Ayúdenos a no lesionar la economía de una trabajadora que
merece todo nuestro apoyo y respeto.
Atentamente.
La Gerencia
Está
claro –lo contrario hubiese sido incalificable- que se trataba de lo que
podríamos clasificar como “chantaje emocional preventivo dirigido a huéspedes
de dudosa honestidad”. Pero de cualquier manera, ya tendría que estar claro que
hay cosas con que no debería jugarse.
No
faltará quien diga: -bueno pero esto es cosa del pasado.
Sí,
concedido.
Lo
que no es cosa del pasado en muchos centros laborales es la larga lista de: salarios
indignos, trato inhumano, condiciones laborales inapropiadas (por ejemplo en
este mismo espacio hemos aludido a la inexistencia de “la ley de la silla”),
ausencia de prestaciones de ley, procedimientos discriminatorios (edad, maternidad,
presencia, género) a la hora de la contratación, etc. Y la lista no pretende
ser exhaustiva.
1 comentario:
En los estacionamientos de la cadena de supermercados gringa Kash n Karry hay carteles que dicen al cliente que devuelva el carrito donde uno cargó su compra al interior del local porque de esa manera se ahorrará mano de obra y esto contribuirá a mantener los precios bajos. O sea, que un monstruo corporativo me pide que trabaje gratis para él y a cambio me promete retribuirme con precios bajos, algo de lo que no tengo ninguna seguridad que así sea. Lo mismo sucede con las máquinas en que uno pesa los vegetales y en las que luego pone su compra y paga sin necesidad de una cajera. Yo voy a las cajas donde hay seres humanos porque protejo el trabajo de esas personas que veo y además porque sus patrones no me pagan a mí, que soy su cliente, el salario que se ahorran. Saludos
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