miércoles, 25 de septiembre de 2019

Resistencia ante las leyes injustas


La escritura de Manuel Vázquez Montalbán combina crítica social con sarcasmo, humor e ironía, lo que permite que se convierta en una lectura amigable. Además, aunque muchos artículos fueron su reacción ante el acontecer cotidiano, conservan su vigencia.
Fuimos al Almacén y encontramos una nota suya de febrero de 1987 en la que se dolía porque las arbitrariedades que resultaban de leyes injustas no desaparecieran tan fácilmente -a partir de la toma de conciencia y la buena voluntad de los privilegiados- como sucede en el cine.
En las películas estimulantes y en las novelas realmente ejemplares, las causas justas siempre se imponen a las leyes injustas o insuficientes. Frank Capra era un genio para estos asuntos. Siempre el banquero expropiador se conmovía a tiempo ante la tenacidad de el chico o la dulzura inocente de la chica, y el juez más severo llevaba bajo la toga un mazo de sentimentalismo capaz de hacer añicos las más duras tablas de la ley.
Pero Vázquez Montalbán sabía que la cuestión es mucho más compleja y no puede quedar librada a la bondad personal sino que la resistencia social es la única vía para revertir las injusticias.
En la vida real, en la historia real, las cosas son diferentes, y lo único que puede modificar una ley injusta es la presión social, esa tozuda cláusula de conciencia colectiva ejercida dramáticamente a lo largo de la historia que nos ha permitido ser menos cafres y menos víctimas progresivamente. 
Finalmente a los poderosos que confían –desde su punto de vista en forma excesiva- en el poder del paso del tiempo y el olvido, les obsequia una advertencia envuelta en apariencia de consejo.
Cuando la conciencia social de lo justo y las leyes no coinciden, ¿qué hay que hacer? Aplicar la ley injusta y preparar otra más justa, dicen las gentes de orden, en la esperanza de que el tiempo o lo cure todo o lo canse todo. Pero, por si acaso, que vayan por delante los jueces y las brigadas antidisturbios.
Aunque hayan transcurrido muchos años conviene no perder de vista los apuntes de Manuel Vázquez Montalbán.

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