miércoles, 21 de diciembre de 2022

La Victoria de Samotracia

 

Ha navegado sin inconveniente alguno por los procelosos mares del tiempo y las modas. Su belleza continúa siendo admirada, al tiempo que su mensaje es descifrado por cada observador; según National Geographic

La Victoria de Samotracia es una de las piezas imprescindibles del Museo del Louvre. Sus imponentes 2,45 metros de mármol no dejan indiferentes a los miles de visitantes que la contemplan cada año. (…)

El parisino Museo del Louvre es el hogar de esta fantástica pieza que fue esculpida hacia el año 190 antes de Cristo.

Según la misma fuente, esta obra

ha fascinado a artistas y literatos como una de las más espectaculares y acabadas muestras del arte helenístico. Representa a Niké, la diosa de la victoria, posándose sobre la proa de una nave con tan meditado equilibrio que el mármol parece elevarse a los cielos.

Es admirable la maestría con la que se sugiere el movimiento en el sinuoso equilibrio de la figura. Pero no menos fascinante resulta el modo en que, a partir de los fragmentos descubiertos en 1863 [por Charles Champoiseau] en una isla del Egeo, los expertos lograron recomponer la majestuosa estatua para exponerla en el Museo del Louvre. (…)

La estatua se expuso por primera vez en la sala de las Cariátides en 1866, y en 1870 se hizo una copia que hoy en día se guarda en la galería de esculturas y reproducciones artísticas del palacio de Versalles.

Los cuidados de que ha sido objeto le permiten conservar sus virtudes de siempre y resaltar algunos de sus rasgos que estaban un tanto relegados. De acuerdo con National Geographic la Victoria de Samotracia

(…) sigue siendo una diosa acéfala y manca, pero el refinamiento de sus alas desplegadas y el contraste entre los ropajes ceñidos al cuerpo y los que evolucionan libres han cobrado nueva nitidez, al igual que el ombligo y la curva del abdomen que han surgido como por encanto. Más que nunca vemos en ella, como decía Rilke, “una maravilla y todo un mundo: he aquí Grecia, el mar, la luz, el coraje y la victoria”.

Tal vez a ella se refería Auguste Rodin al afirmar que “el tiempo mutila genialmente a las obras geniales.”

En definitiva, al decir de Andrés Trapiello, la Victoria de Samotracia es “una mujer que piensa con todo su cuerpo, sin vacilación, aunque no conserve la cabeza”.

jueves, 1 de diciembre de 2022

Adaptaciones navideñas

 

La proximidad de la Navidad nos brinda la oportunidad de recordar que no fueron pocos los casos de revoluciones triunfantes o de gobiernos en turno -en muy diversos países- que prohibieron festividades populares por considerarlas instrumentos de manipulación contrarios al nuevo régimen.

En otras circunstancias no se las suprimió, sino que se procuró darles un giro radical para que quedaran al servicio de los fundamentos ideológicos imperantes al momento.

Un ejemplo de ello lo proporciona César di Candia.

Al año de penetrar las fuerzas de Fidel Castro a La Habana, el tradicional catolicismo de los cubanos había comenzado a disputar su supervivencia en varias trincheras. En la Navidad de 1960, según la foto de una revista uruguaya (Reporter, 4 de enero de 1961), un enorme cartel de varios metros había sido colocado en el frente de la televisora CMQ. En él se veía un pesebre gigantesco con algunas particularidades. Los tres reyes magos eran Fidel Castro, Ernesto Guevara y Juan Almeida, jefe del Estado Mayor del Ejército, vestidos de uniforme revolucionario y portando bolsas de regalos en las que se podía leer “Reforma Agraria y Alfabetización”. San José y la Virgen María eran dos guajiros vestidos pobremente, la cuna del Niño Jesús estaba en un rancho desvencijado y la estrella de Belén era un gran cabeza de José Martí.

Ya habrá ocasión de presentar otros casos de distinto signo ideológico.