Los anuncios
clasificados (también conocidos como APP: anuncios por palabras) constituyen
una rica fuente de información que da cuenta tanto de su tiempo como del lugar
de que se trate. Eulalio Ferrer Rodríguez fue tras ellos guiado por su interés
en temas culturales y específicamente publicitarios.
Cabe precisar que
todas las citas de esta serie de artículos corresponden a obras de don Eulalio,
en particular a La historia de los
anuncios por palabras (México, Ediciones de Comunicación, 1987).
Hay quien ha recurrido a los
anuncios para poder encontrar aquello que extravió o… que le extraviaron.
El 7 de mayo de
1704 aparece “Newsletter” de Boston, primer periódico semanal continuo del
país. En su segundo número incluye su primer anuncio pagado en la sección de
APP. Se refiere a dos yunques perdidos. Dedica su amplio espacio para invitar a
usar esta sección a todas las personas que posean terrenos, hospederías,
granjas, tiendas, barcos y productos de compra venta. Sin olvidar,
naturalmente, la referencia a artículos que se hayan perdido o extraviado y a
sirvientes que hayan huido. De su primera época es este anuncio:
Prestado hace
tiempo, a quien ya lo olvidé, un libro encuadernado en octavo intitulado
“Noticias de los Muertos” o “El Verdadero Entendimiento del Otro Mundo”. En una
hoja anterior al título está escrito “Los malos piden prestado y nunca
devuelven”. La persona que lo tenga, se desea que considere esa frase y
devuelva el libro a su justo dueño.
Claro está que lo políticos no
podían quedar al margen.
En la década de
los 60 se registró el caso de un frustrado candidato a concejal en la provincia
norteamericana, que manifestó irónicamente su fracaso en este aviso publicado
por el “News-Tribune” de Waltham, Massachussets:
Deseo expresar
mi agradecimiento a los 300 lectores del 5º distrito que apoyaron mi
candidatura para concejal, así como a los 600 que me prometieron su voto, a los
400 que me dijeron haber votado a mi favor, y especialmente a los 92 que
votaron por mí. Raymond Hayes.
Vale incluir,
dentro del mismo género y del mismo país, un lacónico Anuncio Por Palabras
publicado, el 3 de junio de 1973, en las páginas correspondientes del “New York
Times”.
Político
asqueado busca empleo honrado en el ámbito de las relaciones sociales o
laborales.
Los chistes y las
bromas también se hicieron presentes.
Jacques Franju,
en su ensayo “Le Grand Canular”, dedicado a un siglo de mixtificadores, el XIX,
refiere que Roland Dorgelès publicó por pura diversión el anuncio siguiente, en
un diario parisino:
Muchacha de 20
años, bonita, aguardará señor esta tarde, a las 16 horas, ante la Cámara de Diputados. Llevar
una flor de lis en la solapa.
A las tres y
media del día en que apareció el anuncio, una docena de señores deambulaba ante
la Cámara de
Diputados. Todos exhibían la flor de lis. Diez minutos después, Dorgèles
telefoneó al prefecto de policía denunciándole una importante manifestación
monárquica. Poco antes de las cuatro, un coche celular se detuvo ante la Cámara y llevó a la
comisaría del barrio a todos los “manifestantes”, a pesar de sus protestas.
Ante el incumplimiento de las
obligaciones por parte de su esposo, la dama acudió al periódico (“Times
Commoner, Salem, Illinois, 20 de febrero de 1962) para recordarle las mismas.
Yo, Dixie Horn,
por la presente notifico a mi marido, Raymond Horn, que cuando no le ocupen
totalmente su tiempo las divorciadas, las casadas en trance de divorcio, los
borrachos, los políticos, las juntas directivas, el Club de Leones, el juego de
bolos, el casino y toda clase de asistencia voluntaria a vecinos y amigos,
sería conveniente que atendiera los asuntos en nuestra casa. Sabiendo que
siempre te lees los periódicos de cabo a rabo, ésta es la única manera que se
me ocurre de comunicarme contigo. Tu esposa, Dixie.
Un anuncio publicado en Londres
(“London Weekly”, junio de 1970) dejaba constancia de la preocupación de la
joven viuda por aprovechar lo que ya se tiene en casa y de esa manera no
desechar ropa que aún está en buenas condiciones.
Viuda joven,
rubia, de buena presencia, amante del campo, del cine y los deportes,
contraería matrimonio con caballero soltero, viudo o divorciado, de preferencia
de cinco pies y diez pulgadas de altura y de ocupación ferrocarrilero, por
tener en buen uso los uniformes de su primer marido...
En un
APP publicado en el “Times” un experto en seguridad quiso asegurarse de la
pertinencia de sus futuras recomendaciones.
Se solicita
ladrón retirado para ayudar a recopilar material destinado a escribir un
artículo sobre cómo proteger casas particulares contra robos.
Hay casos en que no se puede decir que el
cliente no tenía mucha idea de lo que andaba buscando.
Uno de los más
celebrados anuncios del “Daily Advertiser”, es el de un caballero que busca
esposa:
Necesítase: Alta y graciosa en su persona. Dientes sanos, labios suaves,
aliento dulce, con ojos de no importa que color con tal de que sean expresivos.
Su seno lleno, erguido, firme y blanco. Comprensiva sin ser sabia, de
conversación animada y alegre. Educada y de palabra delicada, de temperamento
humano y tierno y que parezca que puede sentir delicia, así como que desea
ofrecerla. Si hay alguna así, hay un caballero con 2,000 libras al año,
52 años el próximo julio, de vigorosa fuerza y de condición amorosa que se
casará con ella, aunque tenga fortuna pequeña, pues él la dejará en la viudez
con 600 libras
anuales...
Un anuncio (“The News”.
Edimburgo. Escocia, febrero de 1953) abona el humor negro. Sin palabras.
Cojo del pie
derecho desea asociarse con cojo del pie izquierdo para comprar zapatos del
número siete.
Y para el final va esta joya
publicada en el “Figaro Littéraire” (París, Francia, diciembre de 1978)
A escultor ofrécese modelo con las medidas exactas de la Venus de Milo, más los dos
brazos.
Al concluir esta serie de
artículos es momento de agradecer a Eulalio Ferrer por invitarnos a reparar en
un género que tantas veces pasa desapercibido.