Quien más quien menos todos hemos sido protagonistas o
sabemos de situaciones reales que se sitúan entre lo que va de lo raro a lo
francamente asombroso. ¿Destino o improbable coincidencia?, el debate permanece
–y permanecerá- abierto. Jorge Ibargüengoitia refiere un par de casos de los
que tuvo conocimiento por medio del libro The
case for Astrology -En defensa de la
astrología- de John Anthony West y Jan Gerhard Tooner, al que le reconoce “partes
muy interesantes”.
(…) como lo referente a los “Gemelos Cronológicos” entre
otras; aparece el caso de Samuel Hemming, que nació el mismo día y a la misma
hora que Jorge III de Inglaterra. Entre ambos había un parecido físico notable,
Hemming inauguró su herrería el mismo día en que Jorge III ascendió al trono,
ambos se casaron el 8 de septiembre de 1761, tuvieron el mismo número de hijos
de cada sexo, se enfermaron y tuvieron accidentes simultáneos y murieron el
mismo día y de lo mismo.
La
otra historia, en su opinión, es aún mejor.
Al rey Umberto I de Italia le presentaron al dueño de un
restaurante que se le parecía muchísimo. Platicando descubrieron que habían
nacido el mismo día, a la misma hora y que sus respectivas mujeres se llamaban
igual. El dueño del restaurante había abierto su negocio el mismo día que el
rey había ascendido al trono.
La amistad, tan propicia, duró poco. Al día siguiente, el
rey iba a entregar los premios en un concurso de tiro en el que iba a
participar el otro. El dueño del restaurante murió durante el concurso cuando
se le disparó accidentalmente el rifle. Cuando el rey iba caminando hacia el
lugar del accidente fue asesinado de un tiro por un anarquista.
Como
afirma el singular dicho: creer o reventar.
Por cierto que en otra ocasión nos referiremos a un extraño
suceso que seguramente habría llamado la atención del escritor guanajuatense y
del que fue principal protagonista.
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