lunes, 25 de noviembre de 2019

La difícil relación con la realidad


Claro está que uno no puede hablar por todos, lo que sería de una soberbia descomunal. Sin embargo, hay situaciones que podría suponerse que de una u otra manera son generales y nadie se salva de ellas.
Ejemplo de ello es el vínculo con la realidad, señora con la que hay que conducirse con sumo cuidado: si le damos la espalda, mala cosa; pero si terminamos aceptándola plenamente y renunciando a nuestros sueños, peor.
Esto viene a cuento por un breve texto de Giovanni Papini en el que evocando sus días de juventud comenta los serios problemas que tuvo con la realidad. 
En aquel tiempo yo sentí intenso disgusto por la realidad. No aprobaba ni aceptaba el mundo tal como era. Mi actitud era de despecho y orgullo, como la de un Capaneo confinado a un infierno terrenal. Y tendía a negar la realidad, a negar las manifestaciones de la realidad, a despreciar las reglas de la vida real, y a convertirme, a mi modo, en algo distinto y más perfecto. 
Los sueños de juventud poco tienen que ver con los estrechos límites que ofrece la realidad y suele acontecer que uno no esté dispuesto a ceder ante ella; continúa Papini
No aceptaba la realidad. No existen palabras más ásperas para expresar mis náuseas del mundo físico, humano, racional, que me oprimía y que no me proporcionaba suficiente aire y espacio para mis alas inquietas. Pero no son las que yo desearía: no dicen, no expresan todo. Yo no quería aquella realidad, porque ansiaba otra -más pura, más perfecta, más angelical, más divina-, e iba ingeniándomelas fatigosamente para que el ansiado mundo espiritual y armonioso   naciera semejante a la imagen que en mi cerebro se había forjado. Yo no aceptaba  la realidad común,  superficial, porque  quería una realidad  mejor,  más verdadera, más profunda; maldecía el pasado y maldecía el presente, para  aspirar y desear un futuro más digno y milagroso.
¿Qué sucedió con Giovanni Papini a lo largo de su vida? ¿Mantuvo con altivez su rebeldía juvenil o terminó negociando con ella? ¿Negoció con decoro manteniendo sus principios o renunció a ellos al considerarlos ardores de juventud?                                                                           

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