Una
afición compartida entre los escritores es la de recopilar distintos materiales
de prensa. En el caso de Camilo José Cela se dedicó a coleccionar anuncios
publicados en diversos periódicos y es posible que se inspirara en algunos de
ellos para ciertos pasajes de su obra. Eso sí, se quejaba porque el paso del
tiempo -y los cambios en los comportamientos públicos que trajo consigo- hizo
que algunas piezas de su colección ya no suscitaran sorpresa alguna. “Mi colección
de anuncios por palabras ha sufrido un rudo embate con esto del descaro de los
sentimientos y la erotización de las costumbres.” Sin embargo algunos de ellos
conservaron plena vigencia.
Una
de las perlas de mi colección, en esta esquina del desacato al sexto
mandamiento, había nacido en las páginas de El
Liberal de poco antes de la guerra y decía así: “Viuda joven, saludable y
bien parecida desea protección caballero formal preferible funcionario o
sacerdote”.
Otro
notable coleccionista de anuncios fue Eulalio Ferrer (tal como ya lo hemos
referido http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.com/2017/09/eulalio-ferrer-y-los-anuncios.html,
http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.com/2017/09/eulalio-ferrer-y-los-anuncios_14.html
y http://habladuriacronicasdelocotidiano.blogspot.com/2017/10/eulalio-ferrer-y-los-anuncios.html).
Ferrer destaca algunos textos recopilados por Cela.
Confiesa Cela que entre todos los
anuncios que glosó ninguno se aproximaba ni en belleza, ni en concisión, ni en
posibilidades al que vio publicado en el periódico inglés “Westminster Herald”,
con este misterioso texto:
Deseo cambiar traje de novia,
ajuar y otros accesorios, por pistola en buen uso.
Para
concluir esta pequeña muestra citemos otros materiales seleccionados por Cela y
que retoma Eulalio Ferrer.
Del mismo
periódico proceden dos anuncios de una dama norteamericana que fueron
seleccionados por su extravagancia. Decía el primero:
Se vende
marido barato, con equipo completo de caza y pesca incluyendo perro de caza.
Tras de recibir 60
respuestas, la dama hizo saber en el segundo anuncio:
Marido invendible.
Todo el mundo quiere el perro, nadie el marido.
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