lunes, 1 de junio de 2020

El 95%


Abundan las consideraciones en relación a la cultura: que si existen diferencias entre la alta cultura y la “otra”; que si hay una de carácter oficial a la que se opone la contracultura; que si se debe diferenciar arte, de artesanía; que si existe una cultura popular; que no toda composición merece el nombre de música, ni todo escrito el de literatura,  y varios etcéteras.  

A este respecto George Steiner –citado por Jaime Barylko- afirma que “(…) el noventa y cinco por ciento o más de los seres humanos se las arregla más o menos a gusto o a disgusto, según el caso, sin el menor interés por las fugas de Bach, los juicios sintéticos a priori de Emmanuel Kant o el último teorema de Fermat (…)” Lo explica por los deberes y obligaciones que impone la lucha por la supervivencia: “Atrapada en la rueda de la supervivencia material cotidiana, en el cuidado y la educación de los niños, la comunidad humana considera estos asuntos, si es que llega a tener alguna conciencia de ellos, juegos más o menos ociosos, demostrablemente superfluos y a menudo irresponsables o demoníacos en sus consecuencias.” A partir de lo anterior, Steiner concluye

De ahí los contraíconos del científico loco, del artista trastornado, del metafísico que se cae en el pozo. Sigue siendo un hecho irrefutable que la religión universal de la mayoría de los homo sapiens-sapiens no es otra que el fútbol. La música para bailar o el rock exaltan, emocionan, consuelan a cientos de millones de personas para quienes una sonata de Beethoven es sinónimo de aburrimiento.

¿Usted qué opina?

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