jueves, 25 de junio de 2020

Los regalos de los Reyes Magos


Uno de los autores que aparece con frecuencia en este espacio es Michel Tournier. El tema que ahora traemos a colación tiene que ver con los obsequios que al Niño Jesús ofrecen los Reyes Magos.

Es cierto que Jesús nació en un establo, y sus padres viajaron como vagabundos. (…) Sin duda los pastores habían aportado dones alimentarios o utilitarios, como leche, queso, lana. Con los Magos llega el lujo más puro.
(…) Pues no hay que olvidar que, apenas nacido en el portal de Belén, el Niño Jesús recibió el homenaje de Melchor, Gaspar y Baltasar. “Abrieron sus tesoros y le ofrecieron oro, incienso y mirra”, escribe magníficamente san Mateo. El incienso y la mirra se consumen. Pero ¿y el oro? Siempre me ha intrigado lo que María y José debieron de hacer con el oro de los Reyes Magos. Normalmente, lo heredaría Jesús. ¿Tal vez lo conservó toda su vida? ¿Qué admirable reliquia sería esa!

Llegado a este punto, Tournier se pregunta. “¿De qué le servía a la Sagrada Familia el oro, el incienso y la mirra?” Y él mismo contesta preguntando. “De nada, justamente, pero ¿acaso no debe ser inútil un regalo de Navidad? ¿Hay algo más triste para un niño que recibir como regalo calcetines, una bufanda o un cuaderno?”

¿Cómo siguió aquella cuestión del oro a lo largo de la vida de Jesús? Michel Tournier ensaya su interpretración.

Jesús no se olvidará de esa lección de lujo desinteresado que le dieron los Reyes Magos a tan tierna edad. Cuando María Magdalena, en casa de Simón el Leproso, derrama sobre Jesús un perfume de gran precio, los discípulos se indignan ante tanta prodigalidad. ¿No sería mejor dar limosna a los pobres? Jesús les reprende duramente. Nunca les faltarán pobres para hacer limosna, pero a él, a Jesús, ¿cuánto tiempo lo tendrán entre ellos?

La perspectiva teológica de Tournier deja algunas preguntas dando vueltas, así como esa idea que menciona en relación al lujo desinteresado. Hace bien en llamarnos la atención sobre el significado de la presencia del oro en aquel pobre establo.

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