jueves, 18 de junio de 2020

Palabras rechazadas


Las razones por las que, por lo general, no usamos muchas palabras reside en las limitaciones de nuestro vocabulario. Al no conocer la mayoría de las expresiones siempre usamos las mismas, en muchos casos atribuyéndole un sentido que está muy lejos del que en realidad tienen según las autoridades en la materia.
Algo distinto sucede cuando conociendo los términos decidimos no utilizarlos porque nos producen una especie de antipatía o alergia que, en ocasiones, viene de larga data.
Y aquí cada quien tiene su listado de cabecera, veamos algunos ejemplos. Alberto Salcedo Ramos se confiesa al respecto: “Ajenas son para mí ‘lontananza’, ‘coadyuvar’, ‘parámetro’ y ‘espurio’. Jamás usaría ‘empero’ en vez de ‘pero’, ni le llamaría ‘parca’ a la ‘muerte’.” No deja de llamar la atención que existen coincidencias en las aversiones, una muestra de ello es que Andrés Trapiello sostiene: “No recuerdo haber ‘usado’ nunca la palabra empero y confío en no hacerlo nunca. No es para presumir, pero algo es algo.” Mi amigo Nelson Minello  coincidía con otra de las palabras declaradas non gratas por Salcedo Ramos ya que rechazaba de plano la palabra “coadyuvar”. No la podía ver ni en foto.
Por su parte Luis Chitarroni afirma: “No hay caso, no hay oración en las que ‘telúricas’ quede bien.” No falta quien convoque a la solidaridad entre los de su gremio para dar un receso a ciertos términos muy desgastados por el uso, es lo que sucede a Romeo Tello A. con su breve exhorto

Camaradas editores, redactores de cuartas de forros, reseñistas, comentadores en general:
Dejemos descansar a los adjetivos “entrañable”, “irreverente”, “deslumbrante” y “trepidante”. También las palabras necesitan vacaciones y retiro.
Por su atención, gracias.

Es probable que los escritores hayan tenido que controlar sus reacciones para no ir, en flagrante contradicción, contra la libertad de expresión que tanto defienden. De allí la aclaración de Alberto Salcedo Ramos “Eso sí: tampoco borraría tales palabras solo porque no me pertenezcan: allá afuera hay mucha gente a la cual le sirven.” Sin embargo Andrés Trapiello no llega a tanto al enarbolar el principio de libertad pero con restricciones: Hay palabras que sólo las deberían expender con receta.”

Seguramente usted, improbable lector, también tiene una lista de palabras excluidas de su vocabulario. ¿Las tiene identificadas?

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