jueves, 1 de noviembre de 2018

Epitafios / 2


Varios autores –entre ellos Eulalio Ferrer, Edmundo Valadés, Omar López Mato, Edmundo González Llaca y Noel Clarasó- se han dedicado a coleccionar epitafios. A continuación enunciaremos una muestra que incluye a varios que resultan ser más que dudosos.


Comencemos con los que trazan un perfil de la persona

  • Yace aquí el hidalgo fuerte,/ que a tanto extremo llegó/ de valiente, que se advierte/ que la Muerte no triunfó/ de su vida con la muerte. (Miguel de Cervantes Saavedra)
  • Aquí reposa un hombre que hizo fortuna por haber tenido la inteligencia para servirse de hombres más inteligentes que él. (A. Carnegie)
  • Bastó una tumba para aquel a quien no bastó el mundo. (Alejandro el Grande)
  • Pasajero no llores su suerte, porque si él viviese tú serías el muerto (en relación a Marat).

Algunos se convierten en plegaria

  • Jesús mío, misericordia. (Al Capone)
  • Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo. (Miguel de Unamuno)
  • Aquí yazgo yo, Martín Elginbrod,/ Ten piedad de mi alma, Señor Dios,/ Como habría hecho yo, si fuera Dios/ Y Tú Martín Elginbrod. (epitafio en la Catedral de Elgin, citado por Adolfo Bioy Casares)
  • Se dice también que  Miguel Delibes tenía que elegir un epitafio para su tumba, y que uno de ellos era "Espero que Cristo cumpla su palabra." (autor desconocido)

También está el poético

  • Y cuando me vaya, quedarán los pájaros cantando... (Juan Ramón Jiménez).

Varios cargan nostalgia y pesar

  • Dejadme en paz. (Giacomo Leopardi)
  • Yo nací un día que Dios estaba enfermo. (César Vallejo)
  • Yace aquí el gran cardenal que hizo en vida mal y bien; el bien que hizo lo hizo mal; el mal que hizo lo hizo bien. (Richelieu)
  • Fue. (anónimo, en los jardines de Vrosliget)
  • He sido. Ya he dicho bastante en mi vida. (anónimo)
  • Viajero. Sigue tu camino. Hay cosas más importantes que la muerte. (anónimo, citado por Edmundo González Llaca)
  • Qué mudos pasos traes, muerte fría, pues con callados pies todo lo igualas. (Quevedo)

Aparece la crítica social

  • Aquí yace media España; murió de la otra media. (Mariano José de Larra)
A este respecto Eulalio Ferrer narra un caso peculiar

Antes de morir, y como señal de arrepentimiento de sus pecados, los ricos europeos se aseguraban una buena muerte y un destino trascendente, al ceder parte de su herencia a las obras de beneficencia, orfanatos, monasterios, hospitales, conventos, refugios, etc. Un epitafio de la época refleja, con simpática ironía, tal comportamiento: "Aquí yace Marco Antonio Polifemo, mercader genovés, natural de Fremura, que primero hizo los pobres y después el hospital".


Están los que expresan enojo hacia el médico

  • Les dije que estaba enfermo. (John London)
  • Fallecido por la voluntad divina y la ayuda de un médico imbécil. (anónimo)
  • Yo les decía que este médico no era de fiar. (anónimo)
  • La operación de próstata fue un éxito. Ya no me levanto para orinar. (anónimo)

El cruel

  • ¡Marianita! Nos dejaste a los cinco meses. ¡Qué pronto empezaste a darnos disgustos! (cementerio de la Almudena, Madrid)

Los matrimoniales

  • Aquí yace mi marido, al fin rígido. (anónimo)
  • Señor recíbela con la misma alegría con la que te la mando. (anónimo)
  • Aquí yace mi mujer, fría como siempre. (anónimo)
  • Aquí yace Carolyn Sheffield de Mac Tevish./ La he perdido después de cuarenta y tres/  años de matrimonio./ Más vale tarde que nunca. (en el cementerio de Southampton, citado por Noel Clarasó)

Los que seguramente no son ciertos pero están bien contados

  • Perdónenme por no levantarme. (Groucho Marx)
  • Aquí yace Moliere, el rey de los actores./ En este momento hace de muerto/ y de verdad que lo hace bien.(Moliere)

Los que anuncian vacantes

  • Jared Bats. Su viuda, de 24 años, que vive en la calle Elm, No. 7, tiene condiciones para ser buena esposa y desea volver a ser feliz.

Las mascotas también reciben el homenaje merecido

  • Aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin vanidad, la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad y todas las virtudes de los hombres sin sus vicios. (Lord Byron a su perro Botswain)

Desde un dejo de humor hasta el sarcasmo

  • Aquí yace el autor de todos los impuestos que en el presente abundan en Francia. En absoluto roguéis por su descanso, puesto que él se lo impedía a todo el mundo. (Jean-Baptiste Colbert)
  • Aquí yace Piron, que no fue nada, ni siquiera académico. (Alejo Piron)
  • Truman Capote lamenta profundamente su desaparición física. En la eternidad todo es lo mismo. (Truman Capote)
  • Aquí yace un hombre que ha sabido beber mucho vino y lo ha soportado siempre sin perder la cabeza. (en relación a Amado Nervo)
  • Aquí se acabaron los dolores. (Dolores del Río)
  • Aquí yace Vasco Figueira, muerto en contra de su voluntad. (encontrado en el cementerio de Santarem)
  • Groodfrey Hail. Falleció a los 40 años. Hasta aquí llegué en mi viaje. Lector. ¿Quieres decirme que ocurrió después?
  • Aquí yace un honesto abogado. Lo que es extraño. (anónimo)
  • Víctima de mujeres rápidas y caballos lentos. (Mel Mc Pail)
  • Aquí yace en profunda paz cierta dama voluptuosa que, para mayor seguridad, hizo de este mundo su paraíso. (Condesa de Verrue)
  • Si queréis los mayores elogios, moríos. (Enrique Jardiel Poncela)
  • Aquí yace N; iba perdiendo la memoria hasta que se olvidó de despertar. (Macedonio Fernández)
Un caso singular es el que narra Ramón Gómez de la Serna. “Don Adelardo López de Ayala, que era un gran tosedor, dijo un día a sus amigos, que en vez del ‘Yace en Paz’ pusiesen en su lápida ‘Cesó de toser’.”

Hay quienes llevan sus aversiones hasta el final de la vida, tal lo que cuenta Rafael Barajas, El Fisgón. “El cómico norteamericano W. C. Fields detestaba la ciudad de Filadelfia al punto de que solicitó que su epitafio dijera: ‘Prefiero estar aquí que en Filadelfia’.”

Hasta aquí con este recorrido por el mundo de los epitafios.

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