miércoles, 13 de noviembre de 2019

Cuando el poder se hace presente en las librerías


Es habitual que se analice el totalitarismo por medio de sus características políticas. Ahora nos detenemos en otra mirada, la de Héctor Yánover –reconocido librero- que propone un acercamiento al sistema a través de lo cultural.

El totalitarismo busca no la dominación despótica de los hombres, sino un sistema en el que los hombres sean superfluos.
Y si la sociedad totalitaria tiende a lograr que todo ser humano se sienta superfluo, ¡qué no decir —en esta sociedad— lo inútil que resulta un libro que viene a decir precisamente lo contrario!: Toda vida es preciosa al universo, toda voz es preciosa, cada gesto. Confrontado con esta realidad, el libro vende una ficción, una mentira, se transforma en un objeto suntuario y —de pronto— peligroso. Entonces, porque el libro deja de servir, el lector deja de entrar a las librerías. Pero no todos pueden.

Y entonces se produce –según Yánover- un cambio abrupto en los temas que promueven las editoriales con el objetivo de ser exitosas en el mercado.

Rubros inútiles como sociología, antropología, etnología, desaparecen. Y aparecen, despiertan con fuerza inusitada los libros de cocina, el yachting, el surf, el vuelo a vela. ¿Usted hasta ahora navegaba sin médico a bordo? Pues ahora ya puede comprar “todo lo que debe saber un médico de a bordo”. Y caballos, cientos de caballos. Plantas de interior. Bonsai. Vida en el campo. Golf. Ajedrez. Han reemplazado curiosidades más sospechosas.

Con un dejo de nostalgia, concluye Héctor Yánover

Súbitamente Buenos Aires se ha llenado de gourmets, de clubes de gourmets integrados por gente a la que hasta ayer le interesaba la política, la demografía, las ciencias, las artes.

¿Sólo en Buenos Aires?

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