martes, 12 de noviembre de 2019

Nueva York en la mirada de Gay Talese


En diversas ocasiones hemos recurrido –y lo seguiremos haciendo- a Gay Talese, cronista como pocos, precursor del llamado nuevo periodismo (si bien aquí mismo vimos que la paternidad de tal propuesta es motivo de una interesante controversia).
Ahora nos enfocamos en algunas facetas del Nueva York de ya hace algunos años que llamaban la atención de Talese. En su opinión “en Nueva York suceden cosas que probablemente no suceden en ningún otro sitio”, es “una ciudad loca, cautivadora y extremadamente  insólita”.
(…) en la Calle Setenta Este, hay un “paseador” profesional de perros, un psicólogo de gatos en el 141 de Lexington Avenue, y una señora insignificante que comparte su piso de la Calle Cuarenta y Seis con dos palomas con patas de palo. En Sutton Place, un hombre pesca anguilas desde su ventana del decimoctavo piso, y en el número 880 de la Quinta Avenida, una mujer se ocupa de investigar fantasmas y otros sucesos paranormales para la Sociedad Norteamericana de Investigación Psíquica. En distintos puntos de la ciudad hay clubs para tipos raros e incluso una vez al año se organiza un baile en  un  hotel  en honor de los alcahuetes y ofrecido por las rameras. 
Podría suponerse que lo que no se encuentra en Nueva York, sencillamente no existe.
En el número 608 de la Calle Cuarenta y Ocho se puede alquilar un león por 250 dólares al día, y en el 410 de la Calle Cuarenta y Siete hay esqueletos auténticos  por 35 dólares al día. (…)
Una señora en Murray Hill se ha hecho enviar un barco destartalado de Florida y ahora lo tiene en el tejado de su casa. Cuando los vecinos le preguntan por qué guarda un viejo bote en el tejado, contesta sencillamente:
-Me gusta contemplarlo. (…)
Nueva York es la ciudad donde Moshe Pumpernickel, un plañidero profesional, cobra por llorar en los entierros (…)
Otro aspecto que causa asombro en Talese es que “Nueva York es la gran ciudad de los comités”. 
Hay un Comité de Estonia Libre, un Comité por una Sana Política nuclear, un Comité de Esposas Francesas de Norteamericanos, un Comité para la Protección de los Dientes de Nuestros Hijos, para la Preservación del Arte Norteamericano, para Ayuda a los Estudiantes de Heidelberg (…)
En esta selección de observaciones de Gay Talese no podía faltar alguna vinculada a mujeres que se mostraban ligeras de ropa así como a quienes las espiaban.
Hay mujeres en Nueva York que a veces se acercan a las ventanas con ropa interior azul, a veces con ropa interior blanca y a veces sin ropa interior. Nueva York es una ciudad de señoras ligeras de ropa en las ventanas. Y de “voyeurs” que las espían. Una mujer en la Calle Cuatro Oeste solía ser observada regularmente cuando en las noches calurosas se colocaba desnuda delante de la puerta abierta de su refrigerador... hasta que un día recibió por correo la fotografía suya en cueros tomada por un vecino.
No cabe duda que respecto a esta última situación los tiempos han cambiado cuando actualmente en las redes existe una tendencia a mostrarse sin que el vecino tenga que tomarse la molestia de sacar y enviar la foto.

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