En diversas
ocasiones hemos recurrido –y lo seguiremos haciendo- a Gay Talese, cronista
como pocos, precursor del llamado nuevo
periodismo (si bien aquí mismo vimos que la paternidad de tal propuesta es
motivo de una interesante controversia).
Ahora
nos enfocamos en algunas facetas del Nueva York de ya hace algunos años que llamaban
la atención de Talese. En su opinión “en Nueva York suceden cosas que
probablemente no suceden en ningún otro sitio”, es “una ciudad loca,
cautivadora y extremadamente insólita”.
(…) en la
Calle Setenta Este, hay un “paseador” profesional de perros, un psicólogo de
gatos en el 141 de Lexington Avenue, y una señora insignificante que comparte
su piso de la Calle Cuarenta y Seis con dos palomas con patas de palo. En
Sutton Place, un hombre pesca anguilas desde su ventana del decimoctavo piso, y
en el número 880 de la Quinta Avenida, una mujer se ocupa de investigar
fantasmas y otros sucesos paranormales para la Sociedad Norteamericana de
Investigación Psíquica. En distintos puntos de la ciudad hay clubs para tipos
raros e incluso una vez al año se organiza un baile en un
hotel en honor de los alcahuetes y
ofrecido por las rameras.
Podría
suponerse que lo que no se encuentra en Nueva York, sencillamente no existe.
En el número
608 de la Calle Cuarenta y Ocho se puede alquilar un león por 250 dólares al
día, y en el 410 de la Calle Cuarenta y Siete hay esqueletos auténticos por 35 dólares al día. (…)
Una
señora en Murray Hill se ha hecho enviar un barco destartalado de Florida y
ahora lo tiene en el tejado de su casa. Cuando los vecinos le preguntan por qué
guarda un viejo bote en el tejado, contesta sencillamente:
-Me gusta
contemplarlo. (…)
Nueva
York es la ciudad donde Moshe Pumpernickel, un plañidero profesional, cobra por
llorar en los entierros (…)
Otro aspecto
que causa asombro en Talese es que “Nueva York es la gran ciudad de los comités”.
Hay un
Comité de Estonia Libre, un Comité por una Sana Política nuclear, un Comité de
Esposas Francesas de Norteamericanos, un Comité para la Protección de los
Dientes de Nuestros Hijos, para la Preservación del Arte Norteamericano, para
Ayuda a los Estudiantes de Heidelberg (…)
En
esta selección de observaciones de Gay Talese no podía faltar alguna vinculada
a mujeres que se mostraban ligeras de ropa así como a quienes las espiaban.
Hay
mujeres en Nueva York que a veces se acercan a las ventanas con ropa interior azul,
a veces con ropa interior blanca y a veces sin ropa interior. Nueva York es una
ciudad de señoras ligeras de ropa en las ventanas. Y de “voyeurs” que las
espían. Una mujer en la Calle Cuatro Oeste solía ser observada regularmente cuando
en las noches calurosas se colocaba desnuda delante de la puerta abierta de su
refrigerador... hasta que un día recibió por correo la fotografía suya en cueros
tomada por un vecino.
No
cabe duda que respecto a esta última situación los tiempos han cambiado cuando
actualmente en las redes existe una tendencia a mostrarse sin que el vecino
tenga que tomarse la molestia de sacar y enviar la foto.
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