martes, 17 de diciembre de 2019

El legado de un actor


Muchos son quienes dicen que para tener información mínima acerca de una persona a la que ven por primera vez observan detenidamente sus zapatos, que el estado de los mismos dice mucho de la persona que los porta.

Recuerdo lo anterior en oportunidad de encontrar un texto de Jorge Mejía Prieto en el que cuenta una peculiar historia.

En 1945 falleció el actor teatral norteamericano Conrad Cantzen, quien durante los últimos años de su vida había subsistido a costa de mendigar ayuda a la gente de la farándula de Broadway. Por ello fue una sorpresa para todos saber que el derrotado y solitario Cantzen dejaba un legado de doscientos veintiséis mil dólares para comprar zapatos a los actores en mala situación económica.

¿Fue aquello resultado de su avaricia?, ¿de su manía de acumular?, ¿de su desesperación por ahorrar?

No. Definitivamente no.

El mismo Mejía Prieto aclara el enigma.

En su conmovedor testamento, Cantzen dejó dicho: "Conozco por propia experiencia lo humillante y terrible que es para un actor caminar sobre zapatos viejos y deteriorados. Muchas veces he tenido que andar con zapatos así, y cuanto más desgastadas eran las suelas de mi calzado, menos valor tenía para enfrentarme a la búsqueda de trabajo. Por eso es que dejo el dinero que he logrado reunir con mil dificultades, para mis colegas que no tienen para comprarse zapatos. Cada uno de ellos puede pasar por un par de calzado cómodo y de buena calidad a la Asociación de Actores de Nueva York, sin importar que sus pagos estén o no al corriente. Les deseo felices caminatas".

Nada que agregar.

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