viernes, 15 de mayo de 2020

El maestro de Camus


Hay maestros que marcan diferencia en el presente y el futuro de un niño. Eso fue lo que sucedió a Albert Camus quien muchos años después, en 1957, recibiría el premio Nobel de Literatura.

La historia, que es muy conocida, es narrada por Jaume Cela quien subraya que la niñez de Camus fue muy dura.

(…) huérfano de padre muerto en combate durante la Primera Guerra Mundial cuando Albert sólo contaba con un año de edad. A partir de entonces su infancia transcurriría en la pobreza y la marginación: “La miseria es una fortaleza sin puente levadizo”, escribirá más tarde.
Del mundo hostil de la posguerra lo salva un golpe de suerte: un maestro que ama apasionadamente su trabajo. Este hombre jugará el papel del padre ausente en la vida del escritor, de él tomará valores claves, como el amor a la libertad, la pureza de corazón y el rigor en el pensamiento. Germain se llamaba este maestro de educación elemental.

Afirma Cela que “Camus nunca olvidó a este profesor de banquillo. Los valores que de él aprendió, fueron coraza para toda su vida.” Seguramente por ello  

El 19 de noviembre de 1957, un mes después de recibir la más alta distinción como literato, escribió esta carta:

Querido Señor Germain:
He dejado apagar un poco el alboroto que me ha rodeado durante todos estos días, antes de hablarle con el corazón en la mano. Me han ofrecido un honor demasiado alto, que no he buscado ni solicitado. Pero cuando recibí la noticia, mi primer pensamiento después de mi madre fue para usted. Sin usted, sin esa mano afectuosa que tendió al niño pobre que yo era, sin sus enseñanzas y su ejemplo, nada de esto habría sucedido. No hago mucho caso de los honores, pero éste me brinda por lo menos la ocasión de expresarle todo lo que ha sido, es, y siempre será para mí, y para asegurarle que sus esfuerzos, su trabajo, y el corazón generoso que en él puso siguen bien vivos en uno de sus pequeños colegiales que, a pesar de los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido. Reciba un abrazo muy fuerte.
                                                                                     Albert Camus

Eso es todo.

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