Nadia Boulanger considerada, según Silvia Fesquet,
como “la mejor maestra de música de
todos los tiempos”, tuvo alumnos que destacaron en muy diferentes escenarios y
a lo largo de su trayectoria recibió múltiples reconocimientos.
(…) entre cuya impresionante lista de discípulos
renombrados se ubican desde Astor Piazzolla hasta Quincy Jones, pasando por
Michel Legrand, Egherto Gismonti, Narciso Yepes, Philip Glass, Aaron Copland,
Burt Bacharach y otras decenas de monstruos sagrados de la música del siglo XX.
Caballero y Gran Oficial de la Orden de la Legión de Honor de la República
Francesa, Medalla de Oro de la Academia de Bellas Artes de Francia, Orden del
Imperio Británico, Orden de la Corona del Reino de Bélgica son algunos de los
honores que recibió a lo largo de sus 92 años de vida (…)
Agrega Fesquet que esos logros que hubiesen podido hacer
perder la cabeza a muchos de sus colegas, a ella no la cambiaron en nada.
Discreta hasta en la forma en que se presentaba
–anteojos de marco fino, severos tailleurs, pelo recogido en la nuca- siempre
cultivó un perfil bajísimo, reconcentrada en su trabajo, en sus alumnos, en el
rescate de la memoria de su hermana Lili, excelente compositora muerta a los 24
años, y poco más. Católica ferviente, la música fue su única pasión y,
solterísima, hasta el fin de sus días se la conoció como Mademoiselle
Boulanger.
Los testimonios de sus alumnos, así como de otros
músicos que la conocieron, coinciden en resaltar el desmesurado nivel de
exigencia de sus clases. Muchos eran quienes aspiraban a ser sus alumnos pero
debían dar un examen para dar muestra de su calidad y compromiso con su propia
formación.
Estamos ante un verdadero personaje que caracterizó la
vida parisina de su tiempo; Silvia Fesquet ofrece algunos datos biográficos.
Juliette Nadia fue el nombre que le dieron cuando
nació en París el 16 de septiembre de 1887, hija del compositor Enest Boulanger
y de Raissa Myschetsky. (…) Su mítico
departamento del 36 de la rue Ballu, con dos pianos de cola y un órgano, y
fotos dedicadas de Paul Valéry, André Malraux o André Gide, era el lugar donde
examinaba a los postulantes a alumnos y dictaba sus clases. Dicen que podía
arrancar muy temprano a la mañana y seguir trabajando hasta bien entrada la
noche.
“Del mismo modo en que creo en Dios, creo en la
belleza, en la emoción y en la obra maestra”, decía.
Mentora de Igor Stravinsky, amiga de Manuel de Falla y
Valéry, compañera de estudios de Maurice Ravel, primera mujer en dirigir un
concierto para la Royal Philarmonic Society de Londres, la Orquesta Sinfónica
de Boston y la Filarmónica de Nueva York, Nadia Boulanger se despidió del mundo
el 22 de octubre de 1979, con la misma discreción con que había contribuido a
embellecerlo.
Quien quiera conocer más de su vida puede recurrir al
libro de Bruno Monsaingeon “Conversaciones con Nadia Boulanger”, que es el
resultado de los diálogos que el autor sostuvo con ella durante años. Según algunos
críticos se trata de una obra que no tiene desperdicio.
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