Hay
historias que parecen tomadas del teatro. El hecho lo cuenta Ernst Jünger y es
retomado por José Jiménez Lozano. Aquí solamente proponemos dividirlo en actos.
Primer
acto
(…) una
mujer (…) se entera de que su marido va a ser liberado del campo de
concentración después de la guerra, y le envía, de todos modos, un paquete con
viandas.
Segundo
acto
Pero el
marido sale del campo antes de lo previsto y se encuentra a su mujer con su
amante y dos niños.
Tercer
acto
En el
campo de prisioneros, los compañeros del liberado se reparten su paquete,
naturalmente. Pero, tras consumir la mantequilla, mueren. Estaba envenenada con
arsénico.
El epílogo Jiménez Lozano lo presenta en dos momentos.
“Sófocles, Eurípides y Shakespeare siguen estando ahí: estos son sus temas.”
Por lo tanto: “Es una insolencia que los psicólogos, los criminalistas y los
periódicos hablen de estas cosas para darnos sus versiones tranquilizadoras.”
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