La
vida está poblada de acontecimientos mágicos. Algunos de ellos tienen que ver
con la intimidad de nuestras vidas formando parte de la cava personal; otros,
se vinculan con adelantos que en su momento (y a veces, mucho tiempo después)
nos parecían increíbles.
Ana
María Shua tiene algo que contar a ese respecto.
Cuando mi suegro quería decir que algo había sucedido
como por arte de magia, usaba una jubilosa mezcla de inglés y polaco “¡Hokus
pokus, amerikanski focus!” es decir, en traducción al castellano, “Abracadabra,
la lamparita americana”.
¿De
dónde venía aquello? Ella misma lo esclarece
Así se habría celebrado en su momento, en Polonia, la llegada
de la luz eléctrica. Nunca encontró una forma más gráfica de referirse a la
sensación de magia y maravilla frente a ciertos avances tecnológicos. Que
también provocan miedo y resistencia, por supuesto.
Recuerdo
que cuando en mi ya muy lejana infancia -¡ay!- aparecía quien relataba algo que
tenía toda la apariencia de ser mentira o exageración, era usual que replicáramos
con un tajante: “¡Contámela en colores!” (¿vendría aquello de tiempos en que
fotografía y cine eran en blanco y negro?)
Muchas
son las evidencias que transcurrido el tiempo, adelantos tecnológicos o
situaciones que en el pasado se estimaron imposibles, pasaron a ser habituales
en nuestras vidas.
Así
la lista es larga de aquellas cosas que nos la contaron a colores y se hicieron
realidad.
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