miércoles, 3 de noviembre de 2021

Autodescripción

 

Tarea difícil la de trazar el propio perfil por la subjetividad implicada en ello, el afán negador y la dificultad de encontrar las palabras adecuadas.

Sin embargo hay quienes logran hacerlo con maestría, independientemente que dicha caracterización correspondan o no con la realidad. Hay ejemplos de ello -a los que nos referiremos en otra ocasión- muy conocidos. Entre los que no lo son tanto, encontramos a Isaac Bashevis Singer

No era alto ni bien parecido, y hablaba un polaco deficiente. Cada vez que me miraba en el espejo poco menos que me asustaba de mi propia cara. El escaso cabello que subsistía en mi cabeza era de un rojo encendido. Mi rostro era pálido, a menudo blanquecino como el de quien acaba de levantarse de su lecho de enfermo. Tenía las mejillas hundidas, las orejas separadas del cráneo, la espalda encorvada. Las mujeres continuamente corregían mi polaco, me indicaban que llevaba la corbata torcida, que mis pantalones parecían a punto de caerse y que los cordones de mis zapatos estaban desatados. Sufría de frecuentes catarros y, por muchos pañuelos que tuviera, siempre estaban usados.

Ante semejante descripción es imposible no hacerse una idea del personaje en cuestión.

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