viernes, 5 de mayo de 2023

La imaginación en el mundo de las finanzas

 

Contrariamente a lo que se pudiera suponer, el ámbito financiero no se halla lejos de la poesía y la imaginación. Pero solamente quienes cuentan con una buena dosis de ingenio pueden encontrar este vínculo; tal es el caso de G. K. Chesterton.

Un corredor de bolsa es en cierto sentido un personaje muy poético. En un sentido es tan poético como Shakespeare, y su poeta ideal, puesto que da albergue y nombre a la etérea nada. Comercia con aquello que los economistas (en su poética forma) llaman imaginario.

Y para rebasar el campo de las especulaciones, Chesterton recurre a un ejemplo

Cuando cambia dos mil zapallos de la Patagonia por mil acciones de la Compañía de Grasa de Ballena de Alaska, no exige la satisfacción sensual de comerse el zapallo o contemplar la ballena con el torpe ojo del cuerpo. Es muy posible que no haya zapallos; y si hay algo parecido a una ballena, es muy poco probable que se entrometa en una conversación de la Bolsa.

Lo anterior le conduce a proponer una conclusión: “Pues bien, lo que sucede al mundo de las finanzas es que está demasiado lleno de imaginación, en el sentido de ficción. Y cuando reaccionamos contra ella, naturalmente reaccionamos en primer lugar hacia el realismo.”

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